Sólo esperaba seguir de pie y escribir, para no detenerme. De Mauricio E. López Castellanos
No le pedí al cielo las victorias del mar cuando se despierta en perfume de originalidad marina. Cuando he deseado conquistar los estertores de la fugacidad, he destruido mis armas temporales, es decir, mis anteojos, mi reloj y mi espejo; pero he crecido perdiendo ambiciones inútiles y encontrando las indispensables, como te ambiciono a ti. Si el lenguaje un día en mis manos se vuelve oro, pero no hablo del dinero,
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