A puro galope de mar, de Julio C. Palencia

Es mucho el ir y venir al que nos sometemos cotidianamente. A veces con la pura pretensión de hacer cosas, de no quedarnos quietos, y dejar un eco de lo que nuestra individualidad era, es, será. Eco suspiro que no puede sino ser compartido. Nuestra individualidad es una quimera siempre colectiva.