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Vade Retro, de Eleázar Adolfo Molina Muñoz

DEL AMOR Y OTROS DEMONIOS de Gabriel García Márquez. POR: ELEÁZAR ADOLFO MOLINA MUÑOZ. Cessatio a Divinis “Un perro cenizo con un lucero en la frente…” son las primeras palabras de García Márquez en esta pequeña novela, titulada...

La última reconciliación, de Eleázar Adolfo Molina Muñoz

El silencio es algo absurdo, pensaba, mientras veía en su silencio, la soledad del departamento. Es raro que él no esté ahí con ella, está sola, pensando en las cosas que pasaron, en la estúpida pelea que lo alejo de su lado. Si tan solo no fueras tan orgullosa, pensaba; si tan solo te hubieras tragado el enojo y decirle que sí, que él tenía la maldita razón. Parecía raro, era extraño pensaba, un hombre que tenía la razón en una relación, por primera vez en todo ese tiempo juntos, había estallado el volcán.

La sombra del castaño, de Eleázar Adolfo Molina Muñoz

El tiempo había volado como plumas agitadas por el viento, Fray Reginaldo caminaba por el convento de Nápoles, meditaba y pedía a Dios que le iluminara para poder concluir la tarea que había prometido terminar. Aquel convento, viejo y de paredes gruesas, antes de la llegada de Fray Tomás, era oscuro y lleno de sombras. Fray Reginaldo recordaba como Fray Tomás una tarde de domingo, después de asistir a la santa eucaristía,

Atardecer ciego, de Eleázar Adolfo Molina Muñoz

El silencio de la tarde lo envolvía, el viento corría de un lado a otro del valle, los pinos se mostraban opacos, por el reflejo de los cortinajes sombríos que avanzaban y mataban a cada paso, a cada segundo, la luz del astro que iluminaba el valle, el valle se cubría con la frazada de la tormenta. Sus ojos buscaban una gota de color, pero las gotas que el cielo regalaba eran pálidas, cristalinas, sin color alguno, tan monótonas y simples como el beso del viento una tarde verano.

El último turno, de Eleázar Adolfo Molina Muñoz

La sombra del campanario duerme a la luz de la luna. Un suspiro del viento mueve las ramas de los árboles del parque. Todo es silencio, ternura y expectativa. A lo lejos se escuchan las notas de las marchas fúnebres, mientras se elevan al cielo fundidas con el humo del incienso.

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