Aunque no vengo de la Troya, de Mauricio López Castellanos

Aunque no vengo de la Troya, por la cual te bautizaron, he conocido ese amor al hogar donde no existe, y el mar que conozco también guarda una historia de inmigrantes abriles, ante lo sucedido desde entonces, he reconocido el olor de tu cuerpo soberbio en el delirio de esta noche