Ángeles exterminadores, de Mario Roberto Morales

Forma parte del mejor sentido común la noción de que quien bestializa al prójimo se bestializa a sí mismo; pues ―dada su naturaleza moral― ningún ser humano puede denigrar a otro sin degradarse él también. Quedar indemne de semejante acción implicaría pertenecer a una estirpe superior a la de los mortales. Y aunque amar al prójimo como a uno mismo resulte una tarea titánica debido a la baja autoestima con la que gran parte de la