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Sujetos indígenas y sus representaciones

El ladino siempre pondrá más atención a las voces ladinas.

María Aguilar

Recientemente una antropóloga estadounidense me preguntó ¿qué pensaba sobre obras de arte o performance de artistas ladinos que abordaban temas sobre el conflicto armado? Le respondí que mi opinión variaba, especialmente con el tema del genocidio maya, algunas piezas me parecían valiosas y otras bordeaban en desconocimiento e irrespeto a la memoria y las vidas perdidas –mientras le respondí– me inundó un sentimiento de resignación y concluí diciéndole que quizá todas las representaciones eran necesarias porque dado el racismo del país, el público urbano y ladino siempre pondrá más atención a las voces ladinas que hablan sobre el genocidio y la violencia enfrentada por las comunidades mayas, que a las propias voces indígenas que han denunciando esos crímenes desde décadas atrás.

Hago referencia a ese momento porque el tema de las representaciones es necesario discutirlo y esto lo reafirma el segundo número de la revista de Plaza Pública, titulado El juicio, la memoria, dedicado a la discusión de memoria histórica y al juicio por genocidio de 2013.

De la presentación y la publicación, la interrogante que me surgió fue ¿hasta qué punto la narrativa y discusión sobre el juicio por genocidio continúa siendo moldeada por un sector ladino y urbano? Y aunque valoro el trabajo de cobertura sobre el juicio realizado por Plaza Pública, en aras de aportar al debate sobre el juicio y la memoria, pregunto ¿cómo podrían recuperarse narrativas, historias y vivencias que abonen a un debate de un crimen, que afectó en su mayoría a pueblos indígenas, cuando hasta los textos no periodísticos de la revista son de autoría ladina? Ausentes están las narrativas e interpretaciones de lo que el juicio significó para las voces mayas.

Claro, no es obligación de los medios integrar voces indígenas pero cuando se trata del impacto del delito de genocidio, no se debe vedar a las voces mayas, especialmente a la voz ixil, un espacio en el texto y en la mesa porque al hacerlo reproducen el mismo racismo de la elite y del Estado que contribuyó a los hechos narrados en la publicación.

Aplaudo el debate pero desearía hacerlo sin el sentimiento de resignación.

Fuente: [www.elperiodico.com.gt]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

María Aguilar Velásquez
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