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Sin justicia no hay paz

Sólo Byron Lima “guarda” prisión por el asesinato de Gerardi.

María Aguilar

El 26 de abril de 1998 Monseñor Juan José Gerardi fue brutalmente asesinado en la entrada de la iglesia de San Sebastián de la capital. El delito conmocionó al país porque ocurrió oficialmente en “tiempo de paz” y sucedió dos días después de la presentación del informe del Proyecto Interdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica, Guatemala Nunca Más, que documentó información parcial sobre los impactos de la violencia, los mecanismos del horror y el entorno histórico de las violaciones de derechos humanos durante 36 años de guerra.

Por el asesinato fueron enviados a prisión el especialista del Ejército José Obdulio Villanueva, el coronel retirado Byron Lima Estrada, su hijo el capitán Byron Lima Oliva y el sacerdote Mario Orantes. Sobre el asesinato es necesario recordar algunos puntos. Primero, Gerardi fue asesinado a pesar de que nunca fue un hombre de izquierda, su posicionamiento ideológico era de centro. Segundo, no puede separarse el asesinato del informe Guatemala Nunca Más. Tercero, la investigación del asesinato estuvo comprometida desde el principio y a pesar de las condenas, hasta hoy no se ha dado con todos los involucrados, tanto intelectuales como materiales. La autoría intelectual es aún una deuda pendiente con el pueblo de Guatemala. Y cuarto, el trabajo de Gerardi y el informe como parte de su legado muestran que a pesar del conservadurismo de la alta jerarquía de la Iglesia católica, los horrores, la violencia y las matanzas ocurridas en Guatemala fueron de tal dimensión que no pudieron cerrar los ojos ante los crímenes. Por eso, el ejemplo de Gerardi por la justicia, debiera ser un recordatorio para las iglesias hoy en día.

Actualmente, solo Byron Lima “guarda” prisión, desde donde está ampliamente documentado el poder que ejerce y tiene en el Sistema Penitenciario. Mientras, los reportes continúan mostrando que fue claro que el poder, militar y el de las elites nacionales, se vio amenazado por los datos del informe y comprendieron que los atroces crímenes contra la humanidad de los que fueron partícipes, volverían para cobrar justicia. A 18 años estos poderes deberían de reconocer que, sin justicia no hay paz, menos perdón y jamás olvido.

Fuente3: [http://elperiodico.com.gt/2016/05/02/opinion/sin-justicia-no-hay-paz/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

María Aguilar Velásquez
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