Ayúdanos a compartir

Roxana Baldetti: entre el descaro y lo absurdo

A Baldetti no le importó mentir declarando que “por la vida de su madre no había robado ni un centavo”.

Irmalicia Velásquez Nimatuj

A Baldetti, como vicepresidenta (2012-2015) no le bastó esquilmar a su país, llevarse hasta el último centavo de toda institución y presupuesto que estuvo a su alcance. No le importó enriquecerse a costa de mantener a más del 50 por ciento de niños con desnutrición, dejar a los hospitales sin medicamentos, que las escuelas públicas se desplomaran o que las mujeres de su misma edad, del campo y la ciudad, trabajaran 14 horas devengando un salario mínimo de US$300 mensuales.

A Baldetti no le importó mentir declarando que “por la vida de su madre no había robado ni un centavo”. Tampoco engañar a su familia y herir a otras, argumentando que ella y el expresidente Otto Pérez Molina trabajaban por Guatemala.

A Baldetti no le fue suficiente subirse a los escenarios convirtiendo en circo la política para presentar a Alejandro Sinibaldi como el sucesor de La Línea de corrupción que lideraba. Para ella no existió límite frente a la investidura que ostentaba.

A Baldetti no le bastó derrochar en lujos obscenos los millones que junto con Pérez Molina, sus ministros, otros funcionarios y lacayos obtenían, acumulaban y se repartían producto de las extorsiones y del pillaje que promovieron en instituciones dentro y fuera del Estado.

A Baldetti pareciera que no hay ley que la detenga, todo es poco comparado con su mezquindad y avaricia. Ella es una de las mejores representaciones de la actuación de las huestes políticas cuando son obligadas a rendir cuentas y afrontar la justicia. Después de más de tres años de frenar el caso La Línea –uno de los varios procesos que enfrenta por cleptómana– logró frenarlo a través de una recusación que se sacó como se saca una serpiente de una jaula para usarla en contra del juez Miguel Ángel Gálvez y asumiendo una posición de falsa víctima, cuyo orgullo femenino ha sido mancillado ante la imaginada persecución política que solo ella cree, logró retorcer el endeble sistema de justicia nacional aduciendo, como si fuera una broma, que el juez “es su enemigo”. Lo perplejo de este proceso es que el sistema de justicia le dio trámite a esta absurda recusación.

Fuente: [https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/07/21/roxana-baldetti-entre-el-descaro-y-lo-absurdo/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Irma Alicia Velásquez Nimatuj