Rigoberto Juárez Mateo condenado a muerte por las elites guatemaltecas
Se caracteriza porque no ha reducido las luchas por territorios y sus recursos a una reivindicación identitaria.
Irma A. Velásquez Nimatuj
Uno de los líderes orgánicos de los pueblos indígenas de Guatemala es el hermano q’anjob’al Rigoberto Juárez Mateo, originario de Huehuetenango, uno de los departamentos más ricos pero también de los más lejanos, al cual es difícil llegar. Esto no es casualidad, el aislamiento lo impulsa el capital trasnacional porque es una forma de desplazar a sus habitantes y ejercer un racismo territorial y de empobrecimiento que deshumaniza y facilita la expropiación, llevando a las poblaciones a una muerte lenta tanto física como simbólica.
Rigoberto se caracteriza porque no ha reducido las luchas por territorios y sus recursos a una reivindicación identitaria, al contrario, él ha evitado caer en ese error político y ha mantenido un trabajo de resistencia denunciando los impactos del sistema económico que tarde o temprano nos matará a todos, sin distinción.
Alrededor de Rigoberto y de quienes resisten, se han construido narrativas criminalizadoras que encubren la persecución y criminalización que, tiene su origen en las tierras indígenas, ante esto, las comunidades se han levantado porque están trastocando sus regímenes de propiedad.
Por eso, Rigoberto –junto a otros– ha enfrentado desde el sistema de justicia hasta los medios de comunicación, quienes han ejercido una imparable violencia física, emocional, política y racial. Lo retratan de manera visceral como un líder aberrante, que “engaña”, pero en el fondo lo que buscan es naturalizar la violencia contra él, porque rechaza proyectos de “supuesto desarrollo” en su región.
El régimen de negación construido contra Rigoberto, es el mismo que niega el genocidio y el etnocidio que es mantenido por la alianza de las elites nacionales e internacionales, a quienes lo que les importa es su enriquecimiento. Por eso, en ellos la resistencia indígena produce efectos racistas y de criminalización de manera simultánea. Lo que no entienden estas elites es que el encarcelamiento, el terror, las acusaciones falsas y hasta el asesinato solo obligará a los que sobrevivan a que aceleren la lucha por la autonomía, porque ante el arrinconamiento de los pueblos indígenas ese es uno de los pocos caminos que les dejan para mantener la propiedad de la tierra que es una herencia política ancestral, a la que no renunciarán.
Fuente: [https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/11/03/rigoberto-juarez-mateo-condenado-a-muerte-por-las-elites-guatemaltecas/]
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