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Mario Roberto Morales

1. El nivel más bajo de análisis es el que se queda en la versión mediática masificada de que todo se debe a un perverso capricho de Trump ante una victoria “inmaculada” de Biden, y que el fraude electoral, el apagón durante la elección y la desestimación de las denuncias de fraude por las cortes es teoría conspirativa.

2. Un más sensato nivel de análisis indica que el asalto no pudo ocurrir sin la anuencia de la seguridad del Capitolio, y que hubo allí instigadores profesionales de la acción de masas (Antifas, dice Thierry Meyssan), cuyo objetivo (analiza Dennis Small) fue abortar el creciente debate sobre el fraude electoral.

3. Trump cayó en la trampa de los guerreristas de su partido al dar el viraje contra China en marzo de 2020. Antes de ese mes, todo parecía indicar que la propuesta china de una alianza entre EU, China y Rusia para impulsar el megaproyecto productivo físico de la Franja y la Ruta de la Seda se podía hacer realidad. Pero el establishment financista reaccionó ante esto. Y como nunca soportó al bocazas de Trump porque llegó de fuera del establishment, le dio un largo golpe de Estado. Trump, en vez de convocar a una cumbre con Xi y Putin, se confió, perdió la amañada elección y también el control sobre la infiltrada protesta ―originalmente pacífica― del Capitolio.

4. El establishment es el Estado Profundo formado por el complejo militar-industrial-mediático, los partidos Republicano y Demócrata, la CIA y el FBI, el cristianismo sionista, la censora cibercracia GAFAMT (Google-Apple-Facebook-Amazon-Microsoft-Twitter), la banca Rothschild-Rockefeller, la City de Londres y Wall Street. El Estado Profundo busca fundar un Gobierno Mundial asentado en un control poblacional mediático absoluto. Como sistema neoliberal financista, el establishment está en quiebra. Subsiste gracias al despoblamiento planetario (guerras, hambrunas, epidemias), la desindustrialización “verde” en clave Al Gore y, en el decir de Alfredo Jalife, el totalitarismo digitálico de Zuckerberg, Gates et al. El improductivo capital especulador del establishment busca el reseteo “verde” de la economía y acabar con los Estados nacionales para balcanizar y controlar países mediante separatismos (como el catalán, el regiomontano, el Calexit demócrata, el Texit republicano, etc.), a fin de someter sus economías físicas a la dictadura financiera por medio de operadores como los Soros-Obama-Clinton-Biden, quienes son peones de los Rothschild y los Rockefeller y, además, financistas de su “oposición” progre de izquierda rosa en el mundo.ADVERTISEMENTREPORT THIS AD

5. El trumpismo sigue vivo con o sin Trump. Es la mitad de EU. Son los WASP (White Anglo-Saxon Protestant) o blancos antiestablishment y la pequeña, mediana y gran empresa antiglobalista. Y su lucha reinicia hoy 20 de enero.

6. Hay financistas globalistas y nacionalistas productivistas entre republicanos y demócratas, y ambos partidos están divididos. Los jacksonianos ―así llamados porque Andrew Jackson impulsó el capital productivo y no el financiero― están en ambos, y Trump es uno de ellos. Esto es una guerra global de capitales.

7. Jalife pregunta si a Trump puede pasarle lo que a Kennedy debido a que su movimiento está vivo… y armado. Y si Biden desatará la guerra cerca de Rusia o China para “unir” (creando otro “enemigo externo”) a su pueblo dividido.

Ergo, estancarse en el simplismo mediático masificado de que todo se debe a un capricho de Trump es, como dije, el nivel más bajo ―y desinformado― de análisis.

Publicado el 20/01/2021 ─ En elPeriódico

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Mario Roberto Morales
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