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Pueblos indígenas y la paz en Guatemala IX

En las semanas previo a la consulta se financió una férrea campaña a favor del NO.

María Aguilar

Luego de la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera el 29/12/1996 y de un proceso complicado en el Congreso, se estableció que a través de una consulta popular el 16 de mayo de 1999, la población debía ratificar 50 reformas a la Constitución, reducidas en cuatro bloques, los cuales agrupaban los cambios sustanciales emanados de los Acuerdos de Paz.

Las reformas planteaban reconocer a los pueblos indígenas y sus derechos, entre ellos el derecho consuetudinario. Se propusieron cambios en el organismo Legislativo y Ejecutivo, que incluían la eliminación del Estado Mayor presidencial y la posibilidad que un civil asumiera el cargo de Ministro de la Defensa. Además, reformas a la carrera judicial y en la elección de miembros de la Corte Suprema e incremento en el presupuesto para el sistema Judicial.

El 16 de mayo, solo el 18.55 por ciento de empadronados acudieron a las urnas. El NO obtuvo el 9.4 por ciento de votos contra el 7.4 del SÍ. Es innegable que en la URGN y organizaciones indígenas hubo una falla de articulación para motivar a los votantes y una subestimación de la respuesta ciudadana. Aun así, el SÍ triunfó en los departamentos con mayoría indígena y que fueron arrasados por la guerra. Siendo la excepción Quetzaltenango. A pesar del apoyo del altiplano al SÍ, fue imposible contrarrestar el peso de los votos de la capital donde triunfó el NO.

En las semanas previo a la consulta se financió una férrea campaña a favor del NO, liderada por Francisco Bianchi, personaje clave en las alianzas entre el régimen de Efraín Ríos Montt y la ultraderecha protestante estadounidense. En 1999, como candidato presidencial, Bianchi contó con el respaldo de sectores conservadores, como la Liga Pro Patria, el Cedecon, Amigos del País, grupos protestantes y la cúpula del CACIF, para lanzar una campaña racista de desprestigio y desinformación mediática en contra de la consulta. Además, funcionarios de la Secretaría de la Paz dijeron apoyar el SÍ pero hicieron campaña por el NO.

El triunfo del NO representó un fracaso, no para los pueblos indígenas sino para Guatemala, porque se perdió la oportunidad de establecer una democracia.

Fuente: [www.elperiodico.com.gt]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

María Aguilar Velásquez
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