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Pueblos indígenas y la paz en Guatemala IV

En comunidades indígenas, la remilitarización ha implicado un retorno al pasado.

María Aguilar

Ante las violaciones a los derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad del Estado guatemalteco, el Acuerdo sobre Fortalecimiento del Poder Civil y Función del Ejército en una Sociedad Democrática (1996) fue clave para desatascar al país y proteger a las comunidades indígenas para quienes la llegada de las fuerzas de seguridad a sus territorios significó pérdidas humanas, históricas, materiales y culturales.

El acuerdo detalla el fortalecimiento del sistema de justicia, de la Policía Nacional Civil y la reducción del Ejército. Posteriormente, la CEH recomendó aumentar el presupuesto a la Policía para modernizarla y entrenarla, remarcando la prohibición de que el Ejército participara en operaciones de seguridad pública, para así desmontar el aparato de represión estatal y reducir el clima de terror en la población civil.

Durante los primeros años de “paz” el Ejército se redujo levemente, pero para el 2006 el presidente Óscar Berger asignó al Ejército la tarea de acompañar a la PNC en sus operativos y los recursos que debieron ser otorgados a la Policía, como encargada de seguridad nacional, nunca fueron asignados. Para el 2008, el presidente Álvaro Colom anunció que el Ejército realizaría sus propios operativos de seguridad y que aumentaría en número.

La integración del Ejército a tareas de seguridad fue de la mano del discurso oficial que vendió la imagen de un Ejército heróico y defensor del pueblo. Logrando así, a 20 años de la Firma de la Paz, esparcir la creencia en la población  –especialmente en sectores urbanos– que “solo el Ejército puede proveer seguridad”. Mientras la PNC terminó con poca credibilidad y asumida como parte de estructuras criminales, a pesar de que altos mandos del Ejército son miembros de organizaciones criminales más extensas.

En comunidades indígenas, la remilitarización ha implicado un retorno al pasado. Nuevos destacamentos han sido instalados en lugares azotados por la guerra. Y el Ejército es usado por el Estado y las elites para reprimir la organización que se opone al saqueo de los recursos naturales.

Finalmente, jóvenes indígenas siguen conformando las bases del Ejército y de la PNC, muchas veces como única opción para escapar de los ciclos de extrema pobreza del sistema económico.

Y el Ejército es usado por el Estado y las elites para reprimir la organización que se opone al saqueo de los recursos naturales.

Fuente: [www.elperiodico.com.gt]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

María Aguilar Velásquez
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