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Prótesis

Gerardo Guinea Diez
gguinea10@gmail.com

La idea de cumplir con los plazos constitucionales para celebrar elecciones generales se cumplió a rajatabla, a pesar de las diversas y amplias opiniones sobre que no existían las condiciones adecuadas para llevarlas a cabo. Vamos, que no eran meros caprichos de la ciudadanía, sino una postura de cientos de miles de ciudadanos de cara a escenarios políticos que generaron, desde hace décadas, tensiones, frustraciones y cólera colectiva. He ahí la validez de las declaraciones de Daniel Zovatto a Carmen Aristegui, la periodista de CNN. Zovatto, director de IDEA para América Latina y el Caribe, afirmó que “en Guatemala recurrieron a una prótesis institucional”. Así, no es un hecho fortuito cómo quedó repartido el poder después del 6 de septiembre. Las cifras que ofrece la aritmética son engañosas, a pesar de que existe cierto entusiasmo por el porcentaje de participación. Sin embargo, el 37.7 por ciento del padrón evidencia un rechazo al sistema político. Es decir, entre abstención, más voto nulo y blanco, hablamos que alrededor de dos millones 700 mil guatemaltecos que no creen que las elecciones en las condiciones actuales sean la salida a la profunda crisis del país.

Si se analizan los resultados, el FCN apenas representa el 15 por ciento del padrón, en tanto la UNE y Líder apenas superan cada uno, el 12 por ciento del mismo. Queda por determinar quiénes serán los dos candidatos a segunda vuelta, aunque cada día se consolida la posibilidad de que la disputa sea entre Jimmy Morales y Sandra Torres. Ese cuadro ha provocado cierto desencanto en la medida que se cree que nada cambió y el poder seguirá operando como lo venía haciendo antes de abril. Creencia que, desde luego, tiene algún sustento, porque las reformas serán una batalla casi perdida en un Congreso con una fuerte presencia del viejo sistema de partidos políticos. Hechos puntuales apuntalan la sensación de la ausencia de sentidos morales de quienes ejercerán la potestad de impulsar las normas
y reformas requeridas.

Basta ver cómo la designación del vicepresidente está entrampada porque los diputados de la actual legislatura desean que ésta pase por acuerdos bajo la mesa. Quienes creyeron que Manuel Baldizón es un cadáver político pecan de ingenuos. Líder coló más de cuarenta diputados y ganó más de 130 alcaldías. Sin duda, la gobernabilidad pasará mucho por lo que haga o deshaga este partido. Pero igual caso es para tres o cuatro partidos. El viejo sistema seguirá intacto en el Congreso de la República.

Sin duda, la presencia de distintas velocidades y tiempos en política, no permiten extraer conclusiones con un mínimo de certeza. La fragmentación discursiva encarna en todas las esferas de la vida nacional. Así, la defensa a ultranza de lo que marca la ley y su correlato, la prótesis institucional, no derivará en una salida de largo plazo. Quizá, cuando sepamos leer con mayor profundidad y complejidad, no sólo los conceptos sociales básicos, sino el impacto de más de veinte semanas de movilización ciudadana, encontremos una luz en este interminable túnel.

Gerardo Guinea Diez
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