Ayúdanos a compartir

Por qué no leemos los guatemaltecos

Javier Payeras

¿Por qué no leemos los guatemaltecos? Tonta pregunta para un panel foro de especialistas. Llueven respuestas; se acusa a los maestros, se acusa a los padres, se acusa al gobierno y se acusa a la televisión. Todo cargado de golpes de pecho, de moralinas y de conclusiones fatales. Los intelectuales se suben los lentes por el arco de la nariz, hacen una mirada inspirada, corrigen sus notas y dicen: la lectura es un factor esencial… desde niños este hábito debe ser estimulado por…

Entroniza el blá blá blá; pero nadie acierta a dar una estrategia efectiva que despierte el interés por lectura en las mayorías.

No es llevándole toneladas de libros a las bibliotecas como se fomenta la lectura. Tampoco obligando por decreto a que los alumnos de las escuelas nacionales lean cinco libros en un año. Yo recuerdo que mis maestros me obligaron a leer María, El canasto del sastre y Leyendas de Guatemala, logrando que se apagara mi deseo de leer durante la adolescencia. Quienes me ponían esos libros en la cara, eran tan ignorantes y tan poco entusiasmados por la literatura, como cualquiera de mi clase. Leer significaba pasar raspado el examen de Idioma Español, no entender absolutamente nada y aplatanarse durante una tarde aburrida (diccionario en mano) a rebuscar la jerga modernista de Jorge Isaacs. Evidentemente el acceso forzado a los libros no me sirvió de ningún aliciente. Mi dependencia de la lectura vino por razones más hedonistas, digamos, más placenteras.

El guatemalteco no lee, por una actitud que lo envuelve todo en este país: no existe el disfrute por hacer las cosas, todo debe hacerse con sacrificio y desinterés. Así el lector joven que se entusiasma por un best seller, inmediatamente es censurado y corregido por los sacristanes de la cultura, que opinan que un chico que se entretiene leyendo manga o uno de los libros de la saga Twilight es un consumista de literatura chatarra, no un lector y un pensador en potencia. Quizá todo devenga porque el rasgo educativo que impera nuestra sociedad es la intolerancia hacia cualquier tipo de diversidad. Leer es leer, ese es el primer paso para un país de lectores, por eso celebro la Feria internacional del libro en Guatemala una colmena para lectores y libros muy diversos, lo que significa un valioso esfuerzo.

Fuente: [http://soledadbrother.blogspot.mx]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Javier Payeras
Últimas entradas de Javier Payeras (ver todo)