Para rebasar a Morales por la derecha
Edgar Celada Q.
eceladaq@gmail.com
Dos ex diputadas, una de ellas, además, ex candidata presidencial, están tratando de actualizar en la agenda nacional el asunto de la pena de muerte. Lucrecia Marroquín de Palomo y Zury Ríos Sosa acudieron hace una semana al Congreso de la República a presentar una iniciativa dirigida a que los delincuentes declarados judicialmente culpables de ser extorsionistas y/o sicarios (asesinos a sueldo) sean castigados con la pena capital.
En una señal de la persistente inclinación de esta sociedad a lo que el papa Francisco llama “el descarte” de los seres humanos, un polémico “sondeo digital” de Siglo.21 sugiere que el “86 por ciento de los participantes” apoya la pena de muerte.
El lunes último, el diputado por el Partido Unionista, Álvaro Arzú Escobar (sí, el hijo del alcalde capitalino) se sumó al coro, asegurando que su bancada (es decir, él y su alma, pues no dejó claro si en esto lo acompañan sus coaligados de CREO), apoya la iniciativa y la impulsará ante otros bloques legislativos.
Estamos, pues, ante un montaje entre mediático y político dirigido a “tomarle la palabra” y rebasar por la derecha al presidente Jimmy Morales, quien durante la campaña electoral coqueteó con este asunto.
Si bien no llegó a convertirlo en pieza central de su oferta proselitista (como si lo fue para Manuel Baldizón), el candidato Morales mantuvo una posición ambigua según la cual la pena de muerte “está en la ley” y él, ya como presidente, “no escribiría el indulto”. Las dos ex legisladoras no ocultan que su cálculo incluye, precisamente, el posicionamiento presidencial y de la bancada FCN-Nación (sobre todo ahora que creció en número) a favor de la iniciativa.
Es una moneda lanzada al aire cuya motivación –eso es bastante claro– no está en la seguridad ciudadana. Es evidente el propósito de reposicionamiento público de la ex candidata presidencial (quinto lugar en los comicios de septiembre de 2015), de cara a los notorios tropiezos de Morales en su primer mes de gobierno.
Estamos, pues, ante un montaje entre mediático y político dirigido a “tomarle la palabra” y rebasar por la derecha al presidente Jimmy Morales, quien durante la campaña electoral coqueteó con este asunto.
Puesto que se trata de una jugada de imagen, se buscó un asunto sensible (la seguridad) y se enarbola una bandera presuntamente popular (la pena de muerte). Si FCN-Nación y algunos otros bloques legislativos muerden el anzuelo, Ríos Sosa gana, pues habría incidido en la agenda política.
Si, en cambio, la recién descubierta afinidad entre FCN-Nación, los ex FRG y los ex Líder es insuficiente, y la bancada oficial desecha la iniciativa, Ríos Sosa también gana, esta vez al electorado conservador en vías de desencanto con el presidente Morales.
En cualquiera de las dos opciones quien pierde es Guatemala, pues la “vieja política” sigue tan viva como en tiempos de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti: manoseando irresponsablemente un asunto de máximo interés nacional (la seguridad ciudadana) y manipulando una de las peores y más arraigadas falacias heredadas del autoritarismo anticomunista: que la criminalidad, la violencia y la muerte se frenan con más muertes. El “Buitre Justiciero” desentumece sus alas.
Fuente: Siglo21 [http://www.siglo21.com.gt]
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