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Danilo Santos
desantos.salazar@gmail.com

Ese señor gordito que viene en un trineo halado por renos de nariz roja, es una invención gringa. En 1823, el escritor inglés Clement Moore escribió el poema “Una visita de San Nicolás”, imaginando que Papá Noel surcaba los cielos en un trineo llevado por, al menos, nueve renos –Rudolph, Donner, Blitcher, Cometa, Cupido, Brillante, Danzante, Centella y Zorro–.

Moore escribió el poema inspirado en la historia de San Nicolás, un tipo que llegó a ser Obispo, luego que desde niño fue generoso, especialmente con los más pobres, a sus 19 años decidió dar toda su riqueza a los más necesitados y dedicarse al sacerdocio. San Nicolás falleció el 6 de diciembre del año 345. Puesto que esa fecha está muy próxima a la Navidad, se decidió que este santo era la figura perfecta para repartir regalos y golosinas a los niños el Día de Navidad.

El trajecito rojo también es yankee. En 1931 una conocida marca de refrescos encargó al caricaturista Thomas Nast que dibujara un Papá Noel humanizado y cuya imagen fuera más cercana a las personas para su campaña navideña. Así surgió el Papá Noel vestido de rojo, con cinturón y botas negras que permanece hasta hoy en el imaginario popular.

Así que, Santa Claus NO EXISTE, ahora, intenten explicárselo a sus hijas e hijos. Ojalá el tal San Nicolas se apiade de todos los que no tienen pisto pa los regalos de su familia y les eche una manita consiguiendo un préstamo en algún bondadoso banco, o con algún bondadoso prestamista.

Ojalá el santo gordito toque la conciencia de los dueños de colegios y librerías, sastres y vendedores de zapatos, porque en enero no quedan ni rescoldos de pistío. Que desde su celestial morada, Santa nos ayude a pagar la factura planetaria de energía que consumimos este mes.

Nos “serviría mucho” pedirle al doncito de las botas rojas, que le traiga unas boinas bonitas a uno que otro diputado, en lugar de las que usan manchadas de sangre. Que en lugar de trajes “fashion” para lucir en el hemiciclo, le regalara a un montón: sentido común. Ah, y cómo olvidar a los que haciendo alarde de su “experiencia” ponen en práctica marrullerías dignas de ser recogidas en libros de ciencia política, pues también les deseo que el de barba blanca les traiga un poquito de vergüenza.

Por cierto, a los que dan por lástima y luego quieren cobrar con intereses su “desinterés”, a los que dan lo que les sobra, a los que creen que este mes borran toda la jodidez del año, a los que piensan que mientras más caro el regalo más quieren a quien se lo dan, a los que no son capaces de ser sensatos en, y con la vida, recuerden que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones.

“Feliz Navidad y Año Nuevo” pues, que en enero todo sea distinto y que las elecciones nos dejen querubines en la Presidencia del Ejecutivo y el Congreso de la República.

Fuente: [https://lahora.gt/santa-no-existe/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Danilo Santos Salazar