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Salud, mujeres y niñez: tarea pendiente

Danilo Santos

Citando a la Ministra de Salud en la presentación del informe de la VI Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil (ENSMI), “la situación de salud de una población está determinada por las condiciones políticas, sociales y económicas en las que vive, por lo que los indicadores de salud, particularmente los de la población materna e infantil, pueden ser un reflejo de la situación social”.

A partir de los datos del informe se infiere que durante el gobierno de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti el porcentaje de niñas y niños, de 12 a 23 meses de edad, que recibieron vacunas específicas, cayó de 71.2% a 59.0%. Por otro lado, el porcentaje en menores de 5 años con desnutrición crónica y crónica severa en 2014-2015, fue de 47% y 17%. Los nacidos en el gobierno patriota tienen alta probabilidad de que su supervivencia, crecimiento, salud y desarrollo psicosocial se vean afectados por la desatención del gobierno en los servicios públicos de salud. Es decir, el desprecio de estos desafortunados personajes por la vida de los guatemaltecos, especialmente los más vulnerables y con necesidad de atención gubernamental, ahora es más que evidente.

Decidieron ignorar el impacto que la vacunación tiene en la salud pública y, además, entregaron la red de servicios a la conveniencia política y no al interés del Estado. Lo que sí aumentó positivamente fueron los negocios espurios, la corrupción y los compromisos laborales desmedidos, inequitativos y sin respaldo financiero. No se trata aquí de estar en contra de los trabajadores, sino a favor de que los beneficios sean congruentes con la realidad nacional y que los recursos lleguen a quien más los necesita, si es necesario reducir privilegios para salvar vidas, que así sea.

Las autoridades de Salud deben no solo tener entereza, flexibilidad y sabiduría, sino también el apoyo del Ejecutivo; ojalá que Presidente y Vicepresidente respalden a la Ministra y no hagan un control de daños sacrificándola o cediendo en la negociación forzando a su renuncia.

Es mucho lo que falta por hacer, especialmente en lo referido a planificación familiar, salud reproductiva, maternidad en adolescentes, mortalidad perinatal y la atención parto y posparto. Por ejemplo, el porcentaje de mujeres sin educación y con la primaria incompleta entre los 15 y 19 años que ha empezado la maternidad, es de 45% y 34% respectivamente. El acceso a la salud reproductiva y la planificación tienen un efecto directo en las mujeres, mejoran sus oportunidades educativas y laborales las cuales les abren posibilidades a una mejor calidad de vida.

En resumen, si vemos la pirámide poblacional resultante del ENSMI 2014-2015 nos damos cuenta que la misma posee una base ancha y una cresta angosta, propia de países subdesarrollados; con grandes masas poblacionales jóvenes, pero con bajos niveles educativos que fuerzan a la mano de obra barata, subempleo, migración y criminalidad. Además de la inminente presión en los servicios públicos que no aumentan al ritmo de la población.

Hay mucho por hacer, no perdamos el tiempo en disquisiciones morales o leguleyas sobre fundamentalismos de izquierda o derecha, recuperemos el tiempo para salvar vidas y el futuro, sigamos luchando contra la corrupción y contra los que a partir del debilitamiento institucional se han aprovechado del Estado.

Fuente: [http://lahora.gt/salud-mujeres-ninez-tarea-pendiente/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Danilo Santos Salazar