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Permanencia

Rolando Enrique Rosales Murga

Nunca me rindo, no desespero por nada y hasta le río en la cara monstruosa a la debacle. Yo tengo fe en mí, aún cuando nadie me dé el voto de confianza renazco. Con los nudillos sangrantes, generosa sangre fluyendo a borbotones en un canto de permanencia. Ahí está la muerte enfrente. Un derecho y un envés, me derriba y yo me levanto, pues dentro llevo un canto que me dice que valgo, que no desespere, que no me deje menguar. Contra todo pronóstico voy bogavante, redivivo y fortalecido avanzando entre esta maremágnum de enemigos y asechanzas.

Aunque haya urdemales en cada esquina esperando a vencerme, mi luz brillará y no me he de detener hasta llegar donde mi estrella me dicta debo estar. Con mis huesos doloridos levantaré un atrio para lo egregio. Seré asesino de la cotidianidad.

Quiero vivir sintiendo cada suspiro, sin miedo al repudio y la negación, quiero habitar seguro y tranquilo, destilando versos que manan de mi voz interna, de mi ser astral.

Jutiapa, Guatemala

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Rolando Enrique Rosales Murga
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