Ayúdanos a compartir

Los desafíos de Sydney Samuels ante Jimmy

Los niveles de negligencia y contaminación en todo el país son devastadores.

Marcela Gereda

¿De qué carajo nos hablan las campañas publicitarias financiadas por las empresas invitándonos al cambio y a amar Guatemala si nuestras playas y ríos están tapizadas de la basura que esas mismas empresas producen?

Miles de botellas plásticas de Pepsi y Coca-Cola, cientos de bolsitas de TorTrix, peces muertos, y una triste tortuga marina muerta fue el saldo que encontré recientemente caminando en las playas de la costa pacífica, en la playa del Ahumado, cercana a Las Lisas.

Sydney Samuels, Ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales sabe que Guatemala necesita estar en paz consigo misma. Al escucharle hablar uno podría decir que el tipo sabe de qué está hablando.

Samuels quiso poner una demanda a empresas por el desvío de ríos. Jimmy lo detuvo con el discurso político de que “hay que invitar al diálogo”. En la paz de la que habla Samuels pasa necesariamente por darle prioridad a las respuestas de cómo en los últimos años nos hemos cargado bosques, hemos destruido la selva, acabado con la flora y fauna y contaminado nuestros océanos, ríos y lagos. ¿Es que acaso la basura que generamos es una metáfora de lo que nos hemos convertido como sociedad?

Ejemplo de lo que digo es la tala ilegal en Petén y Verapaces, miles de basureros clandestinos, El Parque Nacional Laguna del Tigre sigue usurpado, y todos los vertederos de basura que no son tratados y terminan siempre en el mar.

Por ello “estar en paz” también pasa de manera imprescindible por priorizar en la agenda de este gobierno el manejo de desechos sólidos, la limpieza de las zonas costeras, ríos y el urgente rescate del lago de Atitlán.

La defensa del medioambiente y el cuidado de lo que un día fueron las aguas cristalinas del lago de Atitlán y que hoy a causa de la cianobacteria no son sino aguas turbias y amarillentas.

No estamos haciendo nada como sociedad para detener la deforestación en los barrancos, los desagües de asentamientos humanos, los residuos de fertilizantes y aguas mieles, y todo ello que produce la proliferación de la cianobacteria.

Un estudio realizado por el IARNA (Instituto de Agricultura Recursos Naturales y Ambiente de la Universidad Rafael Landívar) revela que el lago recibió aproximadamente 972 toneladas de nitrógeno y 381 de fósforo. “Hay una relación entre los cultivos que se hacen arriba en la cuenca y los niveles de turbiedad y los elementos nitrógeno y fósforo relacionados con la actividad agrícola”. Existen alrededor de unos 1,600 (o más) basureros clandestinos, alrededor del lago, esta basura muchas veces termina en el lago.

Ante la cooptación de los funcionarios públicos en redes de corrupción, ante una negligencia e inacción de los gobiernos y la honda, endémica e insultante corrupción de los caciques locales, llamo a una necesaria implicación de los diversos sectores y también a una vigilancia ciudadana permanente al nuevo Ministro de Medio Ambiente.

Aunque han existido ya varios Planes y Acuerdos Gubernativos por la defensa del medioambiente; por rescatar Atitlán, la Laguna del Tigre, etcétera, los niveles de negligencia y contaminación en todo el país son devastadores.

Si quiere que aumente nuestra confianza en él y en lo que dice, el actual ministro Samuels debe colocar la tala ilícita como parte central de la agenda ambiental y enfrentar a los poderes de facto, poner al lago de Atitlán en Estado de Alerta Nacional.

En la experiencia histórica hemos aprendido que en el proceso material de producir la vida, el medioambiente es nuestra propia obra, y que esta obra deviene contradictoria con la naturaleza al ignorar sus leyes. Por ello es imprescindible que aprendamos de los ciclos y leyes de la naturaleza para devolver el equilibrio a nuestros ríos, mares, lagos, bosques y montañas ¿o es que queremos heredar a nuestros hijos montañas taladas y mares convertidos en pantanos botaderos de basura?

“Estar en paz” es hacer la paz con el medioambiente: prohibir el saqueo, la tala de árboles, reciclar, educar, y sobre todo el desafío más importante que tiene el Ministerio de Ambiente, el señor Samuels es enfrentarse al propio Jimmy, a las empresas que usan como vertederos ríos y mares, enfrentarse también a las industrias del plástico para que estas asuman la debida responsabilidad social (educación) y ambiental por esa bestia de basura que generan y en la que han convertido la tierra verde que un día fue del quetzal y del jaguar, para cedérsela a las latas y botellas plásticas de Pepsi, Coca-Cola, etcétera.

En la paz de la que habla Samuels pasa necesariamente por darle prioridad a las respuestas de cómo en los últimos años nos hemos cargado bosques, hemos destruido la selva, acabado con la flora y fauna y contaminado nuestros océanos, ríos y lagos.

Fuente: [www.elperiodico.com.gt]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Marcela Gereda
Últimas entradas de Marcela Gereda (ver todo)