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Fusílenlos a todos

Danilo Santos

Es entendible que la ciudadanía reaccione agresivamente contra integrantes de maras y delincuentes que cometen delitos violentos contra gente inocente. El asunto aquí no es si vamos a matar a todo malhechor que según el “clamor” popular merezca morir. La cuestión es qué hace y ha dejado de hacer el Estado. Establecer cuál es el problema que produce tanta delincuencia, delitos y sobre todo, encontrar por qué estos grupos han perdido toda capacidad de empatía y la vida de los demás no les importa en lo absoluto. Cómo llegaron y llegamos a este punto. Son cuestiones insoslayables para encontrar soluciones.

El problema de la violencia en Guatemala es estructural y no se resuelve matando. Si no desarrollamos la capacidad de ir a la raíz de nuestros males y solo buscamos desesperadamente placebos como el de la mano dura, nos seguirá yendo como ahora.

A partir de la percepción de la estructura social que en las redes encuentra un espacio de puesta en común de sus costumbres e ideas religiosas, políticas y económicas, podemos configurar al guatemalteco medio y el enorme éxito de un sistema embrutecedor, retrogrado, incivilizado e incapaz de ver el presente como producto histórico de nuestros actos y omisiones.

El comportamiento de las personas está dado por la interacción que éstas tengan con su medio social. Esa interacción ya de siglos con un medio violento y castrante, ha condicionado fuertemente nuestro comportamiento, al punto de justificar la violencia cuando es nuestra. Pululan memes y arengas añorando Kaibiles, a Ríos Montt, Ubico, y hasta a Sperisen. Al final, todo esto solo evidencia la debilidad de nuestras instituciones y su fracaso al momento de generar confianza y seguridad en la ciudadanía que existe un aparato que protege a las personas, sus familias y sus bienes. Violencia es violencia, y solo el Estado, en el marco de la ley, tiene el monopolio de la misma. Si los ciudadanos andamos por ahí matando gente o pidiendo que el propio Estado elimine a otros de manera rápida y expedita, solo denotamos el fondo del problema, pero ninguna solución.

Si de matar a los que delinquen y causan a su vez muerte y dolor se trata, cuidado, porque usted también podría ser fusilado. Cuántos de los que piden la pena de muerte evaden impuestos que hacen falta en los fondos públicos para financiar salud y seguridad, faltantes que se traducen en fallecimientos en hospitales públicos por escasez de insumos y medicinas. Asaltos, extorsión y asesinatos en el transporte urbano y extraurbano, proliferación de pandillas y territorios liberados, todo por falta de presencia de la fuerza pública y el Estado en general.

Si es venganza lo que se busca, fusílenlos a todos, sigamos propugnando por la pena de muerte y acabemos con cualquier esperanza civilizada para nuestro futuro. Si es justicia tras lo que vamos, fortalezcamos nuestro Estado y pongamos fin a la injusticia institucionalizada que mata desde las togas, curules, ministerios, púlpitos, escuelas y ahora, desde las redes sociales.

“Las personas como yo querrían un mundo, no donde ya no se mate […], sino donde el asesinato no esté legitimado”. (Albert Camus)

Fuente: [http://lahora.gt/fusilenlos-a-todos/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Danilo Santos Salazar