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El Shock del Futuro

Carlos Fuentes

El término Shock del futuro fue acuñado por Alvin Toffler en el año de 1965, en un artículo publicado en la revista Horizon; posteriormente en la década de los setenta, luego de múltiples investigaciones, el termino se popularizó debido que publicara un libro al que bautizó con el mismo nombre. En términos generales, el Shock del Futuro se refiere a el fenómeno de aceleración que producen los cambios y que afectan a las sociedades, así como la adaptación de los seres humanos a dichos cambios.

Toffler afirma en su obra, más bien identifica un fenómeno de aceleración, como la velocidad con la que se producen los cambios en las sociedades de la época post industrial, así como éstos, influyen a las personas y las sociedades; el mismo Toffler, le da seguimiento a la forma en que se manifiesta este particular fenómeno, y escribe posteriormente una segunda parte en los años ochenta, en una obra que denomina; La tercera ola. Hoy en la segunda década del tercer milenio, podemos afirmar que el fenómeno del shock del futuro se sigue cumpliendo y que la aceleración a la que Toffler hacía referencia está alcanzando el limite asintótico de la función.

La velocidad del cambio planteada por Toffler, nos refiere que los cambios ocurridos desde los inicios de la historia de la civilización hasta la revolución industrial que podemos situar en la década de 1870, fueron relativamente pocos; en una civilización en donde las personas vivían principalmente en el campo y las ciudades eran pequeñas y en ausencia de electricidad.

Relata el autor como los cambios sufren una aceleración, a partir de éste momento presentando una serie de estadística que demuestran como sólo en los siguientes cincuenta años, en el periodo de 1870 a 1920, los cambios que se verifican en las sociedades son equivalentes a todos los cambios ocurridos con anterioridad. Continua relatando el autor como de la misma manera; de 1920 a 1950, en tan solo treinta años, los cambios ocurridos habrían rebasado a todos los cambios ocurridos durante toda la historia anterior; sí mismo, Toffler refiere que en el periodo comprendido de 1950 a principios de los setenta, en tan solo 20 años, los cambios ocurridos en las sociedades, serían de mayor magnitud, que todos los cambios ocurridos en toda la historia anterior.

En la actualidad no cabe duda que esta tendencia se ha mantenido, así como que los cambios que afectan hoy en día a nuestra sociedades son tan dramáticos que podríamos afirmar que posiblemente, en un el curso de un sólo año, podríamos tener mas avances tecnológicos que en toda la historia anterior; lo que a su vez, estaría ocasionando cambios profundos he impredecibles en la conducta de los hombres y de las sociedades.

Lo que yo sostengo es que ésta aceleración del cambio estaría provocando que nuestros lideres cada vez más no tengan permitido poder planificar a largo plazo, lo cual representa un enorme peligro para la humanidad, debido a la imposibilidad de poder prever los cambios tecnológicos que se presentarán a futuro, así como los cambios que dicha tecnología provocará sobre las conductas humanas y la manera en que éstas afectarán a las sociedades.

Ésta condición cada vez mas cortoplacista he improvisada de dirigir al mundo representa, a mi modo de ver las cosas, el mayor peligro que afronta la humanidad hoy por hoy, debido a que cualquier error en las estimaciones, podría conducir a hambrunas o guerras a corto plazo, las cuales podría inclusive derivar en una de grandes proporciones; una guerra nuclear.

Por otra parte, el fenómeno de la aceleración del cambio se expresa de una manera objetiva en la economía de consumo, la cual ha provocado una cultura del derroche, que a todas luces está destruyendo todos los recursos del planeta y la biodiversidad; lo cual se expresa de igual manera, en la contaminación ambiental y el cambio climático. Podemos afirmar que de igual manera que ésta economía de mercado, no escapa a la aceleración del cambio.

El problema es que los cambios se aceleran cada vez más y que solamente es cuestión de tiempo para que nuestros lideres no puedan planificar ni siquiera para mas allá de un año o menos de un año, puesto que las tendencias son tendencias y hasta el momento no se hace nada por cambiarlas.

Los teóricos de la economía social de mercado no encuentran solución alguna para que podamos dejar de consumir, sin que esto se traduzca en desempleo. Las leyes cada vez más van quedando en la obsolescencia y no existe un sistema que las pueda actualizar a la velocidad con la que avanza la tecnología, puesto que las mismas requieren de el consenso de los hombres y de la práctica, lo cual toma mucho tiempo.

Esto implica que la aceleración de los acontecimientos, cada vez más, se está acercando al limite asintótico de la función y que por lo consiguiente tarde o temprano el sistema va a colapsar, a menos que encontremos un nuevo modelo económico, político y social, un sistema que nos permita regular y constituir leyes certeras para todos los hombres y las cuales se adapten a la velocidad de los cambios, para que de ésta manera las mismas permitan revertir tal tendencia; de lo contrario, no creo que podamos, aún con las mas avanzadas computadoras, llegar a tener el poder de tomar decisiones acertadas, con el tiempo y la previsión suficiente, como para poder evitar un colapso de la civilización.

Por lo consiguiente, aquellos que se encuentran permanentemente preocupados por amasar grandes fortunas, así como aquellas naciones “iluminadas por Dios” que solamente se preocupan por tener cada vez más poder, y que no permiten que se emerjan nuevos sistemas económicos, están a su vez impidiendo que se pueda revertir esta tendencia, y consecuentemente están condenando al mundo a la destrucción.