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Diversidad y libertad sexual

Jaime Barrios

Hace unas semanas hubo un escándalo sexista en pleno Congreso, cuando diputadas conservadoras la emprendieron contra una diputada que se ha reconocido como homosexual. Guatemala es un país atrasado en muchos aspectos. Guatemala ha dejado de ser un país secular. Dios por aquí y por allá pero demasiados pecados de injusticia, doble moral, violencia y corrupción.

La educación sexual es débil y los derechos sexuales y reproductivos muy poco conocidos. Y muchas veces irrespetados. Cuando no vilipendiados por una mezcla de ignorancia, conservadurismo, mojigatez, religiosidad a ultranza y ante todo temor. Los derechos sexuales y reproductivos DSP deben formar parte activa de la formación de ciudadanía. Se trata de derechos individuales y la aceptación social de cómo mujeres y hombres deciden sobre sus propios cuerpos en el ámbito de la sexualidad y la reproducción.

¿Homosexual o heterosexual? ¿Tener hijos o no, incluidos el aborto voluntario y la inseminación artificial? En términos muy simples y cotidianos: con quién me acuesto y con quién no. Y con quién contraigo matrimonio. Abortar o no. Por otro lado en el país suceden violaciones diariamente y en gran número. Muchas mujeres, incluyendo menores, son violadas, no pocas veces dentro de los marcos “legales” del matrimonio. O los casos del llamado “matrimonio infantil”, cuando una menor es dada en matrimonio por la familia para obtener regalías del esposo, que suele ser un hombre mucho mayor que la víctima.

Estas uniones contra la voluntad de la niña son mucho más frecuentes de lo que se cree en Guatemala. La necesidad tiene cara de matrimonio infantil. El aborto no es legal todavía en el país. Pero esto no impide que se realicen miles de abortos cada año en condiciones deficientes desde el punto de vista médico y de higiene básica, lo que pone en peligro la vida de las abortadas, muriendo o quedando lisiadas un número desconocido pero que se estima elevado.

Muchas mujeres que abortan, incluyendo menores, habían resultado embarazadas después de una violación. Los homosexuales, hombres y mujeres, llevan también muy mala parte. No solo la estigmatización sino la persecución moral y en muchas oportunidades la represión física. Personas homosexuales, travestís o transexuales (HBT) han sido maltratadas e incluso asesinadas en Guatemala por el hecho de serlo. La sociedad machista, autoritaria y patriarcal que tenemos incita a la discriminación de los homosexuales.

La norma heterosexual en Guatemala tiene una esencia represora y destructiva, negadora de la libertad. En Guatemala no ha habido ningún partido político que reconozca los derechos de los homosexuales. Ser homosexual no es delito ni es una falta moral ni una enfermedad, es un derecho. Incluido el matrimonio con el mismo sexo. Abortar también lo debe ser y la decisión final debe radicar en la mujer, es decir, si quiere o no tener un hijo. Basta de violaciones impunes. De matrimonios infantiles. De estigmatización de los que no responden a la norma heterosexual.

¿Homosexual o heterosexual? ¿Tener hijos o no, incluidos el aborto voluntario y la inseminación artificial? En términos muy simples y cotidianos: con quién me acuesto y con quién no. Y con quién contraigo matrimonio. Abortar o no.

Fuente: [www.s21.g]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Jaime Barrios Carrillo
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