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Coca-Cola, el veneno refrescante

Las aguas carbonatadas no aportan vitaminas, proteínas ni minerales.

Marcela Gereda

Marzo. Calor. De pronto todo nos anuncia la liquidez del tiempo: se acerca Semana Santa, de pronto un calor abrasador baña las calles y los cuerpos, y entonces de nuevo volvemos a observar la propagación ofensiva de su publicidad y de los dobles litros y triples litros de Coca-Cola y Pepsi-Cola en manos de consumidores distraídos.

“Este verano vive el placer de Coca-Cola”. “Refréscate con Pepsi”, nos dicta la publicidad. Estas dos bebidas están entre los productos más consumidos a nivel mundial, sin embargo ¿sabemos lo que metemos a nuestro cuerpo cuando la tomamos?, ¿sabemos de lo que está hecha?, ¿sabemos por qué está bebida carbonatada causa adicción?

Hace muchos años la Coca-Cola era vendida como un remedio medicinal. Con buena publicidad se ha convertido en la mercancía que hallamos hasta en las latitudes más lejanas del planeta.

Me cuenta un amigo dentista que hizo el experimiento de dejar un diente dentro de un vaso de Coca-Cola. Acto seguido, la desintegración del diente. Lo mismo sucede con los insectos.

Recientemente vi en Youtube un documental que se titula Coca-Cola y la fórmula secreta. Documental de la periodista francesa Olivia Mokiejewski difundido en enero 2013, sobre la polémica detrás de la fórmula secreta de esta bebida y cada uno de sus ingredientes: el uso de hojas de cocaína, el azúcar y los daños que provoca en la salud , y el “colorante caramelo” como causante de cáncer. La realizadora se confiesa adicta a la Coca-Cola y desde su condición de adicta investiga los ingredientes y cuestiona a los directivos de la transnacional: ¿cómo si saben lo dañino de esta bebida la siguen vendiendo a las masas desinformadas?

Diversos estudios señalan que la Coca-Cola contiene aditivos que causan adicción. Es por los aditivos que se le colocan a esta bebida, además de su dulce y refrescante sabor y por esa sensación de bienestar que nos produce su consumo, por lo que se siente la necesidad de beber. El exceso de consumo de Coca-Cola también es responsable de un aumento considerable de peso e incluso de la aparición de diabetes.

Las aguas carbonatadas no aportan a nuestro organismo vitaminas, proteínas ni minerales, pero sí una gran cantidad de azúcar, conservantes y colorantes. Una lata de Coca-Cola contiene más de diez cucharas de azúcar. Además, este veneno para nuestro cuerpo es muy corrosivo debido al contenido de ácido fosfórico, disuelve el óxido a tal grado que puede ser usada para la limpieza de motores y para disolver manchas de grasa, sangre, etcétera.

No estamos conscientes de que este tipo de refrescos suelen provocar hipoglucemia, ya que cuando nuestro páncreas detecta que tenemos en sangre demasiado azúcar libera insulina. Cuando la persona siente “el bajón”… volverá a necesitar dulce. La hipoglucemia es muy peligrosa porque nos lleva a sentirnos en una “montaña rusa” en la que se tiene energía a ratos, apetito a ratos y se está eufórico también solo en ciertos momentos.

En un informe reciente en la página de la organización no gubernamental española Ecoportal, un estudio explicó cómo las diez cucharadas de azúcar contenidas en un vaso de Coca-Cola u otro de esos refrescos son un golpe devastador para el organismo. Al ingerir tanta cantidad de azúcar, la reacción inmediata de nuestro organismo, por supervivencia e inteligencia natural, sería regurgitarlo en un vómito de reflejo. Sin embargo, al parecer esto no sucede debido al ácido fosfórico que inhibe la reacción.

Al ingerir estas bebidas las pupilas se dilatan, la presión arterial aumenta, ya que el hígado libera más azúcar a la corriente sanguínea.

En los anuncios de Coca-Cola todos lucen felices y sanos, pero, esos no son los cuerpos que consumen esas bebidas a diario. El cuerpo que consume estas bebidas en su dieta diaria y básica, se está deshaciendo.

Si las transnacionales fueran honestas y responsables tendrían que colocar etiquetas a sus productos anunciando: “Cuidado, el abuso en el consumo de este producto mata”.

México tiene uno de los índices de obesisdad más altos del planeta, la causa de ello son millones de personas adictos a la Coca-Cola y otras bebidas carbonatadas.

La nociva publicidad que manipula nuestros deseos nos hace atiborrarnos de Coca-Cola y Pepsi-Cola. Nuestros mecanismos de consumo han sido descubiertos por un mercado que sabe manipularlos para crearnos necesidades ficticias. Y convertir ese veneno que introducimos a nuestros cuerpos en componentes de nuestra autoestima, de nuestra identidad que nos repite y seduce: “Always Coca-Cola, destapa la felicidad”.

El exceso de consumo de Coca-Cola también es responsable de un aumento considerable de peso e incluso de la aparición de diabetes.

Fuente: elPeriódico [http://elperiodico.com.gt/2016/03/07/opinion/coca-cola-el-veneno-refrescante/]

Marcela Gereda
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