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Carlos Figueroa Ibarra

El panorama electoral de Guatemala resulta desolador una vez el llamado Pacto de Corruptos descabezó la candidatura de  la ex Fiscal General Thelma Aldana. Por su tesitura ideológica y trayectoria, Aldana concitó el apoyo de una amplia gama de posturas políticas y sectores sociales. Fue la candidatura más viable en determinado momento para lograr un giro a la dominación que mantiene el tinglado de intereses políticos  que se han adueñado del Estado. No puedo negar que participé de la esperanza que generó la eventual candidatura de Thelma Aldana. También con el surgimiento del partido Movimiento Semilla. Esto sucedió por  la experiencia que he vivido en México en la que la bandera de la lucha contra la corrupción se volvió poderosa fuerza política y contribuyó a que Andrés Manuel López Obrador ganara la presidencia de México. Pero el programa de Andrés Manuel no se limitó a la lucha contra la corrupción pues desde siempre enarboló un programa de carácter posneoliberal que reivindica el derecho al trabajo, a la justicia social y se pronuncia contra  el despojo de tierras y territorio,  la depredación ambiental, la privatización de los bienes comunes.

Por ello mismo también me he entusiasmado con la expansión del Comité de Desarrollo Campesino (CODECA) y con la organización de su instrumento político el Movimiento para la Liberación de los Pueblos  (MLP).  He dicho ya que el Programa General y Plan de Gobierno del MLP contempla cambios estructurales con un espíritu antioligárquico, busca instaurar el buen vivir para todos y para todas. Su objetivo estratégico es una Asamblea Constituyente Popular y Multinacional y “la democratización del capitalismo local” y combate a la corrupción. El programa que ahora enarbola incluye la recuperación de los servicios y bienes del Estado y reformas económicas, políticas, ambientales, jurídicas, seguridad, educativas e interculturales. Su candidata presidencial Thelma Cabrera, es una mujer valiente, de gran trayectoria de lucha y de orígenes sociales y étnicos que expresan el clamor de los oprimidos y explotados de Guatemala. Algo similar puedo decir de Neftalí López el compañero de Thelma en la fórmula presidencial del MLP.

No ignoro la presencia de otras fuerzas progresistas en el espectro electoral de Guatemala como Convergencia, URNG-Maiz, Winaq y Encuentro por Guatemala. Ninguna de estas fuerzas políticas que vienen de tiempo atrás, ha logrado en este proceso electoral la proyección que ha tenido el MLP. Las encuestas que he visto  colocan a Thelma Cabrera  en un quinto lugar de las preferencias electorales. Hago votos porque en estas próximas elecciones del 16 de junio de 2019, el MLP obtenga un resultado electoral que lo coloque en la senda de la gravitación política nacional. Pero también hago votos porque algún día el conjunto de las fuerzas de centro-izquierda del país logren un frente unitario y un programa viable que despierte la adhesión de los sectores populares y de las clases medias. En otros lugares, entre ellos México, éste bloque histórico es el que ha resultado exitoso y le ha dado viabilidad a un proyecto progresista y transformador.

Carlos Figueroa Ibarra
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