«La tierra clama por la sangre de tu hermano»
Así dijo Dios a Caín, el fratricida,
y ahora en mi tierra este clamor de siempre
se hace más grande, más fuerte y profundo
por más sangre inocente que se ha derramado.
Mis niñas preciosas; angelitas bellas
pensando que nadie en su auxilio venía.
¡Qué tragico sino aplastó sus vidas?
¿Qué trágico sino cortó sus doradas risas!
¡Qué angustia más grande vivieron juntitas!
¡Tan juntas como antes jugaron muñecas!
¿Serían hermanas? Así lo parece,
y la pregunta me lleva al pasado cuando con las mías todo compartía.
«¡La llevas!»
«¡No es justo, tú eres más grande; juguemos adentro!»
Estas son las frases que todos los niños decir deberían.
Perverso asesino
cambiaste sus dichos por gritos de auxilio.
Cambiaste su infancia por infame muerte;
su patio de juegos por fría, muy fría y postrer morada.
¿Por qué son Mis Niñas si no las conocía?
Porque eran mujeres, porque tengo hija,
porque tengo nieta, madre, hermanas y amigas,
y ninguna merece pasar por la infamia de ser torturada,
y vilmente, inútilmente, despiadadamente sacrificada.
Descansen en paz mis niñas bonitas;
mis niñas queridas; mis niñas amadas.
Allá en el Cielo, El Más Grande de todos
sale a recibirlas para que en Sus brazos sean consoladas.
- Y cómo no…, de Georgina Palacios - 4 abril, 2013
- Nostalgia, de Georgina Palacios - 3 abril, 2013
- La margarita, de Georgina Palacios - 3 abril, 2013
Imaginar un mundo mejor, nombrarlo, es acercarlo un poco.
Por eso es temida la palabra: siembra inquietudes, arrima ideas, penetra el pensamiento de otros, hace dudar incluso al que la escribe o pronuncia.
Guatemala es tremendamente difícil, sociedad muy violenta con un fracaso por Estado.
Debemos decir lo nuestro, elaborarlo, imaginarlo. Nos corresponde hacerlo. Hay que enseñarnos a hablar, a juntarnos, a crear sociedad nuevamente.
El feminicidio es una radiografía de lo que somos y muestra una actitud ante la vida: atacar al considerado más débil, al más indefenso, al históricamente sometido. El sometido masculino y despojado también somete y despoja, ¿a quién?, a la mujer. Y si ella osa defenderse, innombrable desafío, pagará con creces ese atrevimiento. Es la lógica del poder, hija directa de la represión de años por parte del Estado.
El feminicidio es la cumbre de las pesadillas en la tierra de todos los dolores.
¿Qué puede hacer cada uno cuando estamos viviendo esta situación tan terrible?
Yo creo firmemente que cada uno debe hacer lo que le corresponde en la sociedad y, si es encesario un cambio en la misma, debe provenir de uno mismo.
En este caso, utilizo la palabra como arte en función social. Muchas veces los poetas, los artistas han contribuido para que se produzcan cambios en la sociedad.