Aprendiste a leer, para poder enseñar a escribir.
Vives en los mundos imaginarios, vives para sembrar,
letras, números, cariño, lo esencial para vivir.
Encuentras al educar, razones milenarias para amar.
Héroe olvidado, oxidado, por enseñar a compartir,
cómo compartes los universos de esta realidad.
Bendito porque con sabiduría a la ignorancia has de sustituir.
Tus enseñanzas son palabras envueltas en verdad.
Eres una piedra del camino de la vida, que enseña,
que busca entre la multiplicación, la resta y la suma,
despertar al niño, joven, a la persona que sueña…
Imaginas mundos sin fronteras, historias que contar,
dibujos que juzgar, exámenes de vida que calificar.
¡Eres simplemente maestro, al ayudar a un alma a cantar!
- Canción para una resurrección, de Eleázar Adolfo Molina Muñoz - 27 julio, 2011
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- La última reconciliación, de Eleázar Adolfo Molina Muñoz - 5 julio, 2011
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