***Los Sueños del Jubilado***
Todos los días ponía la jarria,
para calentar el cafecito matutino,
justo antes de que saliera el sol.
Cafecito, que ahora consumía
lentamente y sin prisa,
degustando el aroma para
luego sorbito a sorbito sentirlo
pasar en su garganta,
como quien besa a una hembra.
Se daba cuenta que le quedaban
algunos años todavía,
que estarían envueltos en la nada,
si a aquel café no lo acompañaba
con una tostada…
Se daba cuenta que ya no había,
que lo distrajera,
justo ahora cuando más lo necesitaba.
Ahora era un Don Quijote sin su
Sancho Panza y su Dulcinea era
un dulce recuerdo…
Un día se le ocurrió empezar
a escribir una novela,
pero alguien le dijo que su tema
era triado…
Entonces decidió escribir sobre
sus memorias algo así como
una autobiografía,
pero al ver por la ventana de sus
memorias una neblina de olvidos,
empaño sus recuerdos…
Escarbo en su pasado…
Tratando de encontrar algo
o alguien que le hiciera compañía.
Entonces empezó a escribir poesía,
pero alguien opinó que aquello
era obsoleto…
Y que la falta de romanticismo
en estos tiempos no era un secreto.
Más aun así todas las noches,
escribía en aquella vieja máquina
Remington total entre dinosaurios
¡Se comprenden!.
Su vida era tranquila pero vacía,
ya nadie tocaba a la puerta
y el teléfono parecía desconectado,
porque ya así tiempo que nadie
lo ha llamado…
Hoy comprendió:
Que vivió sus mejores años postergando,
para cuando fuera adecuado…
Pues de esa forma había sido educado.
Pues debía de ocuparse de asuntos
importantes para no ser juzgado,
como un desobligado.
Hoy a nadie le importaba
si él seguía o paraba…
Si era feliz o moría de tristeza,
pues visitar a un viejo a casi
todo el mundo le da pereza…
Sus sueños hoy eran quimeras,
esperanza de nuevas primaveras,
cuando desde la ventana se espera
a que pase el invierno…
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