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Carlos López

Fiel a sus andanzas de meterse en lo que no le importa, el jilguero del fascismo Mario Vargas Llosa firma con otros retrógradas una carta en Madrid de una institución que preside en Lima, la Fundación Internacional para la Libertad. De falacia en falacia, el documento empieza por solidarizarse con «las familias enlutadas» (por más que uno estire la metáfora, el adjetivo para calificar a las familias afectadas es oscuro). No hace falta detenerse en el abuso de figuras del lenguaje y en el atropello cada vez más evidente del sentido común de parte del redactor (llega a usar hasta dos adverbios terminados en mente en una línea). «Que la pandemia no sea un pretexto para el autoritarismo» se llama el panfleto y está firmado por golpistas, nazis, corruptos, asesinos, vendepatrias, traidores, usurpadores, engañabobos, todos preocupados por echar veneno contra los países democráticos de América Latina que están enfrentando la pandemia de covid-19 sin obedecer los intereses de los oligarcas locales que exigen a los gobiernos endeudarse con el Fondo Monetario Internacional para que salven sus empresas y negocios turbios. La preocupación de los abajofirmantes del pasquín cavernario es que la economía de mercado (como le llaman de manera eufemística al neoliberalismo, al imperialismo y al capitalismo más despiadado de la historia) siga intacta, a pesar de la terrible crisis estructural que están sufriendo todas las economías del mundo. Da qué pensar que en tan pocas líneas los sirvientes del fascismo hagan afirmaciones risibles como este galimatías: «En España y la (sic) Argentina dirigentes con un marcado sesgo ideológico pretenden utilizar las duras circunstancias para acaparar prerrogativas políticas y económicas que en otro contexto la ciudadanía rechazaría resueltamente. En México arrecia la presión contra la empresa privada y se utiliza el Grupo de Puebla para atacar a los gobiernos de signo distinto». ¿Qué ocultan estos malandrines con la expresión «marcado sesgo ideológico»? ¿Desconocen que todas las acciones humanas tienen esta característica, que ninguna acción política es aséptica? Mienten cuando afirman con descaro que México ataca «a los gobiernos de signo distinto». ¿Se refieren al signo zodiacal, a una grafía, a una contraseña satánica? El enojo de estos barones mafiosos proviene de que México ha impulsado acciones inéditas, ejemplares, y el mundo está adoptando sus políticas responsables que velan por los pueblos. México está rompiendo esquemas, tabúes, categorías anquilosadas. Y sus funcionarios están atareados, en vigilia, no tienen tiempo para andar convenciendo a nadie. La política exterior mexicana es impecable, como nunca: no intervienen en asuntos de otras naciones; la generosidad del pueblo mexicano no tiene parangón.  

Las medidas de prevención contra el covid-19 incluyen el cubrebocas, pero a gente como el marqués Vargas Llosa y sus secuaces deberían exigirle el tapabocas para evitar que además de coronavirus sus salivazos envenenados contra la humanidad hagan más terrible la tragedia. La gente de esta calaña debería combatirse con todas las fuerzas por todos los medios. Pero los medios serviles toman como credo sus imposturas y amplían sus virulentas frases. Quieren engañar al pueblo. No lo lograrán.

Pero los medios serviles toman como credo sus imposturas y amplían sus virulentas frases. Quieren engañar al pueblo. No lo lograrán.

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Carlos López