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Danilo Santos
desantos.salazar@gmail.com

En 1974 Frederick Forsyth publicaba su novela “Los Perros de la Guerra”, en ella relata cómo son contratados unos mercenarios por un empresario para dar un Golpe de Estado en una República imaginaria, pero que realmente alude no solo a Guinea Ecuatorial en su momento, sino a cualquier República bananera.

El asunto central es que en Zangaro existe un yacimiento de platino, por lo que hay que obtener el poder político para poder explotar el metal precioso; para lo cual se lanza un ataque al pequeño país que, según la narrativa del autor, está dirigido por un gobernante marioneta de la Unión Soviética. Por lo que el ataque está dirigido a cambiar al Presidente por uno que permita hacer el negocio, un militar que ha sido comprado por el empresario industrial que quiere el platino.

Lo sucedido en El Estor parece una trama escrita por Forsyth, toda la información que fluye por las redes sociales y los medios de comunicación así lo dejan ver. En este caso se involucra a las comunidades con el narcotráfico y según el presidente Morales, con pseudodefensores de derechos humanos y pseudocampesinos. Es decir, a quienes hay que sacar del territorio es a los narcos y los revoltosos.

El Ejecutivo tuvo cuatro años para hacer algo con el supuesto problema que pretende atacar con el Estado de Sitio que ha decretado, pero lo hace a tres meses de entregar el gobierno. Es decir, si son tan eficientes con sus “camiones atrapando aviones”, por qué no hicieron algo antes. Han dejado escalar el descontrol y eso es caldo de cultivo de las crisis de gobernabilidad. Habrá que estar atentos a lo que piensa y dice Giammattei, Presidente electo; porque esto más parece el piso que se quiere establecer para el nuevo gobierno en temas de control de territorios que son de interés de los empresarios de la palma africana y los metales preciosos en esa región.

Porque así lo han decidido para mantener el control, lamentablemente la muerte nos es cotidiana, así como la guerra, la sangre nos ha hecho saber de sus dolores más desgarradores, es nuestra íntima conocida. La guerra nos encontró y luego le llamaron conquista. La guerra nos educó y luego le llamaron patria. La guerra nos mató y le llamaron lucha contra el comunismo. No tememos pues a lo que la guerra encierra, tememos a lo que la guerra no deja ver. Sin armas, el irresponsable Morales emprendió una guerra en defensa de la corrupción y para mantener la captura del Estado, ahora, en un acto temerario de despedida, decreta Estado de Sitio en una actitud que denota delirio y puede generar enfrentamientos con poblaciones indígenas y campesinas, sin atacar en realidad el problema que dice querer resolver.

¿Qué está detrás del vergonzoso aprovechamiento de la muerte? Lo sabremos pronto, seguro es mucho más que la compra de aviones y equipo para el Ejército. Mientras tanto hay que cuidarse de los perros de la guerra y sus mecenas…

¿Qué está detrás del vergonzoso aprovechamiento de la muerte? Lo sabremos pronto, seguro es mucho más que la compra de aviones y equipo para el Ejército.

Fuente: [https://lahora.gt/los-perros-de-la-guerra/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Danilo Santos Salazar