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Lo que es y no en la discusión sobre el matrimonio Gay en Guatemala

Msc. Julio Valdez
Docente Escuela de Ciencias Psicológicas y Escuela de Ciencia Política / USAC

Resumen
La academia trasciende al activismo al disponer de argumentos para la discusión seria en la sociedad de todos los tópicos sensibles a ella misma.

La homosexualidad es una realidad social, no se puede ocultar ni invisibilizar la realidad aun cuando esta no sea de agrado de la mayoría, sin embargo esta va más allá de la visión que sus mismos activistas disponen, por otro lado el tema del matrimonio no es una reivindicación sobre la cual toda la población gay y lésbica coincidan pero a nivel mediático y por presiones financieras han logrado asumirlo como construcción ideológica.

La idea es proponer algunos puntos para poder desarrollar una discusión no sobre el homosexualismo sino sobre la propuesta de matrimonio que Estados Unidos y Europa han dispuesto como agenda.

El cambio de reglas en la institución del matrimonio implica el cambio de reglas a nivel de la conformación de la sociedad, lógico es que esta reaccione a través de sus entes de formación como son las iglesias lo que a su vez a complejizado el panorama en tanto que los argumentos rebasan el parámetro de laicismo con el que se fundó la nación donde las concepciones religiosas subjetivas no caben.

La idea es entonces desarrollar argumentos válidos para la discusión profunda más allá de las concepciones mágico religiosas como de aquellas que emergen de la visión romántica de los centros civilizatorios de occidente.

Palabras Claves:

Homosexualidad, discusión, cambio, religión, matrimonio.

 

Introducción

Platicando con un activista LGTB me afirmaba que el tema del matrimonio no era una prioridad en la agenda de las organizaciones de la diversidad sexual en Guatemala, lo que me extrañó porque al igual que muchos acostumbro a ver la realidad local con el prisma de los noticieros[1] extranjeros y supongo que las agendas son las mismas.

La misma limitación de visión prevalece en periodistas que exploran en los candidatos sobre el tema y estos responden desde la ignorancia o bien desde su propia formación religiosa, lo que evidentemente proporciona titulares desde la corrección política, “homofobia”, “intolerancia religiosa”, “conservadurismo” son algunos de los calificativos que surgen como si los que estuvieran de acuerdo con el matrimonio gay y la adopción constituyeran la vanguardia de la lucidez y el respeto de los derechos humanos, pero en fin, en este marco se producen señalamientos de ambos lados eludiendo la tan necesaria discusión imposible en nuestro medio, desechada por la academia y defenestrada por el activismo.

 

Puntos de partida

Antes de iniciar con cualquier argumentación algunos aspectos que hay que tener claro como puntos de partida, a saber:

  1. La homosexualidad y el lesbianismo es una realidad social en Guatemala, creciente y cada vez más fuerte no solo por la cantidad de sus miembros sino por el poder que estos tienen en la sociedad, clases medias y altas.
  2. Guatemala, contrario a lo que algunos piensan no es una sociedad conservadora, no más al menos que la norteamericana que desafortunadamente ahora se utiliza como referencia. Los casos de violencia homofóbica son proporcionalmente menores y el prejuicio en ámbitos urbanos no pasa de ser la comidilla de la colonia, pero igual lo es todo el que es diferente, la chica que viste provocativa, la madre soltera, el hombre desempleado, el chico emmo, y mucho más.
  3. La diversidad étnico cultural y religiosa junto con la separación entre el mundo urbano y rural hacen que la lectura de esa diversidad sexual varíe por lo que qué es reduccionista creer que existe una sola lectura del fenómeno social por la sola nacionalidad. Cada ámbito intenta influir en el otro lo que de por si constituye una fuente de conflicto.

Teniendo esto como base conceptual nos es más fácil abordar el tema que tanta pasión despierta en la sociedad, además sirve para que no cerremos los ojos ante realidades tan evidentes, el no reconocer el matrimonio gay no disminuirá el número de gays por afinidad o la otra si se llegase a reconocer el matrimonio, en las condiciones políticas actuales, no disminuiría la discriminación hacia ellos por el contrario.

 

Matrimonio ¿una demanda social justa?

La base cultural de Guatemala esta cimentada en más de quinientos años de cristianismo criollo, entre católico y protestante, este último con una historia de más de cien años, esta base ha servido como base a la construcción del mismo liberalismo que también posee más de cien años en todo el continente.

Estas ideologías han desarrollado la idea de sociedad y de la familia como célula, que evidentemente responde a una concepción global e histórica, el código civil en sus acepciones ha moldeado en forma de ley dicha concepción.

Es claro que este concepto de unidad básica o célula ha sido puesta en discusión y a prueba, incluso se podría decir que mucho de su concepción original ya no responde al desarrollo mismo de la sociedad, los ejemplos más significativos serían el de la prevalencia de las uniones poligamicas, la persistencia de los hogares uniparentales (madres solteras predominantemente) los matrimonios adolescentes y porque no mencionar el desprecio al contrato matrimonial por parte de la personas que se aglutinan en la enorme cantidad de uniones libres.

En estas discordancias sigue presente la base reproductiva “natural” de unión entre un hombre y una mujer y es que evidentemente es la forma de reproducción y crecimiento que predomina hasta ahora[2].

Ahora bien, es claro que la unión del mismo sexo no coadyuva a la reproducción natural de la sociedad, el caso de las uniones lésbicas, cada vez más, recurren cuando asumen el tema de la maternidad a la inseminación externa, lo que produce una especie de semi adopción, tal es el caso de los hombres que se asimilan en familias uniparentales mujeres con hijos de anteriores uniones.

Es claro que la concepción de la formación integral de un ser humano pasa por los valores y los referentes que proporcionan los padres de familia en la niñez, la integralidad por supuesto, está asociada a la prevalencia de un hombre y una mujer, es el esquema ideal, sin embargo la sociedad y el matrimonio como institución se ve cuestionada por todas las variables antes descritas lo que evidentemente resquebraja esa idea de integralidad.

Si a esta situación agregáramos una variable todavía etérea como es la unión gay y lésbica pues evidentemente este se constituye como una gota que hace rebalsar el vaso de la tolerancia social, hay que tomar en cuenta que a nivel cultural nos manejamos bajo niveles de aceptación y adaptación, ejemplo: a pesar de que la poligamia es un fenómeno social predominante en la sociedad este no está permitido o la paternidad de sacerdotes, el matrimonio entre hombres mayores y menores de edad, que se permitía está en proceso de desaparición.[3]

Los reclamos de las mujeres por mejor atención legal para reclamos de pensiones alimenticias, mejor asistencia médica, el acceso a métodos anticonceptivos, y con los últimos gobiernos impulsando políticas asistencialistas se suman las bolsas de alimentos y el pago por maternidad y por último la excesiva libertad de reproducción que posee el hombre en el esquema patriarcal de la sociedad se disponen en la línea de demarcación de los reclamos sociales en el marco de los derechos de las familias. El matrimonio gay no constituye parte de esa agenda de reclamos.

No hay que olvidar también un hito y una realidad en torno a unión gay y lésbica, la conducta promiscua que no es más que la prevalencia de relaciones sexuales con varias personas, esta conducta evidentemente no es propia de gay y lesbianas, bueno de hecho el carácter festivo de los desfiles de orgullo gay no es la mejor pruebe para comprobar lo contrario sin embargo en la libertad de asociación de parejas este tipo de relacionamiento era reivindicado hasta antes que se impusiera la tendencia institucionalista del así llamado movimiento gay que promueve la monogamía y claro con ello se agencian de fondos de las agencias de cooperación que luchan contra la expansión de VIH.

 

¿Por qué un matrimonio[4]?

Si el elemento etéreo y poco objetivo del amor es lo que importa en las relaciones por qué un contrato legal denominado matrimonio, pues bien, este define y regula las relaciones entre las partes, derechos y obligaciones para ambas partes, en el caso de las mujeres que se disponen en condiciones asimétricas, según las organizaciones feministas, el matrimonio asegura manutención y reclamos de herencia, y en el plano cultural determina la pertenencia al clan del hombre de ahí el uso del apellido del linaje del hombre.

Es claro nuevamente, que estos referentes han cambiado pero la esencia se mantiene, una madre soltera busca una relación estable, un hombre soltero busca casarse, persiste en el la idea de la prolongación de la existencia, la búsqueda de los medios de subsistencia empujan a millones a buscar empleo y a invertir en viviendas e incluso negocios.

Ahora bien, una pareja gay y lesbiana que pretenden establecer un contrato en teoría serían las mismas causales y condiciones que una pareja heterosexual, que parte de la variable de exclusividad de la actividad sexual o sea la de determinar una relación monógama (no he encontrado matrimonios polígamos entre gays[5]) luego el reconocimiento social lo que es contradictorio en tanto que buscan el reconocimiento de una sociedad de la cual se apartan a partir de asumir identidades diferentes al resto, para ejemplificar esto utilizaré el caso de un matrimonio católico, este solo tiene validez entre la población católica, no busca ni le importa la validación dentro de la feligresía protestante por lo que sus cosmovisiones y rituales no poseen validez, el Estado Laico predominante en el occidente ha resuelto este dilema por medio del matrimonio civil para que el mismo sea válido en todas las culturas.

Los gay y lesbianas se definen a sí mismos como cultura que su propia simbología y redefinición de relaciones, es más señalan a heteronormatividad[6] como la definición predominante que no les permite escalar en el reconocimiento de sus uniones maritales.

La búsqueda del reconocimiento de los matrimonios tiene que ver más con reclamos de tipo económico, la larga data de uniones maritales en países del primer mundo no aseguraban dichos “derechos” por lo que mucha de la riqueza iba a parar a parientes lejanos o bien terminaba en manos del mismo Estado que no legalizaba dicha unión, el reconocimiento social es intranscendente.

Por otro lado, también es Estados Unidos el reconocimiento social va de la mano con el reconocimiento político como el que terminó definiendo el político Harvey Milk[7], el mantenerse en la marginalidad no permitía que se pudiera visualizar a aquellos como un factor de poder en sus distritos y vaya que los Demócratas y los partidos políticos liberales y de izquierda en Europa lo han sabido canalizar electoralmente.

En Guatemala no sucede los mismo, dejando por un lado el tema de que la comunidad gay (la más numerosa entre lesbianas, transgenero y bisexuales) desee o no la legalización del matrimonio a nivel poblacional son una minoría, y el nivel de representación de minorías en los organismos democráticos no está definida en este sistema, pero además no resulta problema el tema de las herencias y pensiones en tanto que el desarrollo de este tipo de relaciones es todavía exiguo.

El matrimonio entre dos personas tiene que ver también con el desarrollo de las capacidades reproductivas de la sociedad, con todos los problemas antes abordados en cuanto al matrimonio moderno no hay cientista social que no concuerde que es en la unión marital reconocida por esa misma sociedad el mejor marco de referencia del nuevo ser humano, ahora bien, siendo el matrimonio gay y lésbico impedidos naturalmente para generar vida necesitan, dada las circunstancias de la asociación, de métodos alternativos.

Entre gays evidentemente es la adopción, y esto evidentemente sale del marco de las libertades individuales y razonadas de las personas involucradas, conlleva un ser humano que crece con el marco de referencia de un hogar legalizado por el Estado, y si este no reconoce el matrimonio polígamo y el pedofílico, por lo que el gay y lésbico resulta ser una más de las propuestas de reconfiguración sociocultural que no responde a la visión predominante.[8]

 

Derechos LGTB ¿una causa de izquierda?

La izquierda en el mundo occidental es por definición antisistema, y defensora, al menos discursivamente, de los derechos humanos por lo que el tema de los derechos de LGTB cae como anillo al dedo.

Hace poco el Instituto Holandés para la Democracia en Guatemala, como otras agencias anteriormente lo han hecho, publicó unos carteles digitales sobre que partidos políticos apoyaban o no el matrimonio gay en Guatemala, esto afortunadamente generó una pequeña discusión, y es que con la pobre formación política en el país la representación de la izquierda sigue siendo el privilegio de unos pocos, la postura oficial no representa la visión de todos ni la mayoría de los simpatizantes y/o votantes, por lo que el “apoyo” de la izquierda no deja de ser una ilusión óptica, la derecha por su parte reacciona como el público esperaría y es que al igual que la izquierda carece de formación e ideología, se impone la falta de discusión.

La persistencia de la corrección política en la izquierda tiene que ver más con las fuentes de financiamiento de las organizaciones que orbitan en torno a estas, a su dirigencia en lo personal e incluso existe la visión pragmática de futuros apoyos de la cooperación en un futuro imaginable.

El desarrollo político de la comunidad LGTB es igualmente exiguo, no deja de ser inmediatista en sus agendas y predominantemente oenegero, el activismo no ha evolucionado a nivel político, y en el ámbito partidario el gay se mimetiza con una visión de extremo pragmatismo, la izquierda aparenta ser la única expresión política en donde, al menos, sus dirigentes afirman apoyar la causa, la derecha que en principio son un montón de partidos-empresa sin ideología definida reaccionan al vox populi.

La corrección política que constantemente renueva su vocabulario de lucha ha resemantizado el termino homofobia como esa aversión patológica al otro que es homosexual al de a todo aquel que no concuerde con posturas reivindicativas de las organizaciones LGTB, esto acalla la disidencia y paradójicamente se une a las agendas de lucha de organizaciones de mujeres, indígenas, negros, o todos aquellos que se resisten a la exclusión social o que luchan por agendas inclusivas, es interesante observar como siendo las mismas agencias de cooperación las que subsidian a todas estas organizaciones entre estas no existen “contradicciones”.

 

Bibliografía consultada

  • Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Guatemala: ¿un país de oportunidades para el Desarrollo? Informe Nacional de desarrollo humano 2011 /2012 Guatemala 2012
  • CODIGO CIVIL DE GUATEMALA decreto ley 106. Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Rafael Landívar, Guatemala 2010
  • NACIONES UNIDAS DERECHOS HUMANOS. Nacidos Libres e Iguales. Orientación sexual e identidad de género en las normas internacionales de derechos humanos. Naciones Unidas 2012

[1] Tribunal supremo de EEUU legaliza el matrimonio gay http://internacional.elpais.com/internacional/2015/06/26/actualidad/1435327649_177772.html

[2] La inseminación in vitro que no es común en Guatemala y aún en sociedades industrializadas como la europea y norteamericana no representan un porcentaje significativo, es más una alternativa poco usual lo que eleva su costo

[3] Código Civil de Guatemala. ARTÍCULO 81. La mayoría de edad determina la libre aptitud para contraer matrimonio. Sin embargo, pueden contraerlo: el varón mayor de dieciséis años y la mujer mayor de catorce, siempre que medie la autorización que determinan los artículos siguientes. ARTÍCULO 82. La autorización deberán otorgarla conjuntamente el padre y la madre, o el que de ellos ejerza sólo, la patria potestad.59 La del hijo adoptivo menor la dará el padre o la madre adoptante. A falta de padres, la autorización la dará el tutor. (pag.37) este artículo ha sido ampliamente cuestionado porque atenta contra la salud de la madre sus detractores plantean que legaliza la violación.

[4] Código Civil de Guatemala: ARTÍCULO 78. El matrimonio es una institución social por la que un hombre y una mujer se unen legalmente, con ánimo de permanencia y con el fin de vivir juntos, procrear, alimentar y educar a sus hijos y auxiliarse entre sí (pag:36)

[5] Código Civil del Guatemala: 88.* Tienen impedimento absoluto para contraer matrimonio:… 67 y 3 o . Las personas casadas; y las unidas de hecho con persona distinta de su conviviente, mientras no se haya disuelto legalmente esa unión. Esto confirma que no pueden convivir dos contratos al mismo tiempo para alguno de los dos cónyuges

[6] Ver artículo 78 del Código Civil vigente. Heteronormatividad es un concepto de Michael Warner que hace referencia “al conjunto de las relaciones de poder por medio del cual la sexualidad se normaliza y se reglamenta en nuestra cultura y las relaciones heterosexuales idealizadas se institucionalizan y se equiparan con lo que significa ser humano”. https://bloquealternativorevsex.files.wordpress.com/2012/02/heteronormatividad1.pdf

[7] Harvey Bernard Milk (Nueva York22 de mayo de 1930 – San Francisco (California)27 de noviembre de 1978) fue un político y activista estadounidense, que se convirtió en el primer hombre abiertamente homosexual en ser elegido para un cargo público en los Estados Unidos, como miembro de la Junta de Supervisores de San Francisco en 1977. fue elegido supervisor en 1977, después de que San Francisco reorganizara su procedimiento electoral para elegir representantes por barrios en vez de realizar una única votación a nivel de la ciudad. Estuvo once meses en el puesto de supervisor municipal y fue responsable de la aprobación de una estricta ordenanza sobre los derechos de los gays en San Francisco. https://es.wikipedia.org/wiki/Harvey_Milk

[8] No se discute si es correcta o incorrecta en tanto que esta visión siempre corresponderá a la lectura que se posee a nivel cultural y/o legal