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“Lo demás es retórica…”

Editorial Siglo21

De pié y aplaudiendo durante dos minutos y 26 segundos, el público reunido ayer en el lobby del Ministerio Público, expresó su unánime reconocimiento al trabajo de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, y su titular, Iván Velásquez Gómez, al término de su discurso con motivo de la presentación del octavo informe anual de labores de la Cicig.

Es difícil encontrar en la historia de Guatemala un antecedente de ese grado de respaldo social para una institución, como el alcanzado por la Cicig, no por los años anteriores de su mandato, sino por los seis meses de este 2015 durante los cuales, acompañada por el Ministerio Público, desplegó una enérgica acción investigativa, revirtiendo el sombrío panorama de impunidad prevaleciente hasta abril, y disparó los estímulos indispensables para desencadenar la indignada movilización social contra la corrupción.

Lo realizado por la Cicig y el MP en esos meses cruciales es un caso ejemplar de cómo puede cambiarse el curso de la historia, cuando hay instituciones sólidas, comprometidas, eficientes y con un liderazgo capaz de leer estratégicamente su entorno, sin dejarse arrastrar por las inercias del estado de cosas imperante, ni doblegarse ante las arremetidas de los defensores de ese status quo.

No debería olvidarse que, entre marzo y abril pasados, a la Cicig técnicamente se le abrió la puerta para que fuera “sacando sus tiliches”, porque la renovación de su mandato fue puesto en duda por el entonces gobernante binomio presidencial de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti Elías. Hoy sabemos quién y cómo ganó el pulso.

Precisamente, uno de los aspectos cualitativos más importantes del balance presentado ayer, es la extraordinaria forma en que se hizo cambiar la correlación de fuerzas a favor de la lucha contra la corrupción, despertando un respaldo social sin cuyo concurso no he habría llegado tan lejos.

Por ello tiene sentido que, en su discurso de ayer en el MP, Velásquez Gómez haya iniciado con un reconocimiento al pueblo de Guatemala, pues entiende que si la sociedad guatemalteca hubiese permanecido pasiva, probablemente los resultados habrían sido otros.

De allí, también, es comprensible que Velásquez cerrara su alocución con un respetuoso llamado al país y a sus autoridades a que “aborden con la mayor seriedad y responsabilidad el examen objetivo del estado de su sistema de justicia y a que emprendan el camino de su transformación, adoptando los mecanismos necesarios para superar las precariedades de hoy”.

El llamado de la Cicig y Velásquez, respaldado por sus propios resultados, es más que claro: “la lucha contra la impunidad, después de la formidable demostración de una sociedad levantada contra la corrupción, debe demostrarse con acciones”.

Por eso cala su admonición que evoca a Tito Monterroso: “lo demás es retórica”.

Fuente: [http://www.s21.com.gt/editorial/2015/11/14/ulo-demas-retorica]