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Ley, pisto o pistola

Danilo Santos

El conjunto de enseñanzas en el que se basa el cúmulo de creencias en Guatemala y produce el sistema doctrinal en el que se enmarca nuestro pensar y hacer, está agrietándose. Las tradicionales tretas de los operadores del statu quo presentando al “enemigo” como diabólico, cualquiera sea el momento histórico y la circunstancia, ya no les está funcionando. En nombre de la patria son capaces de sembrar a través de agresiones y terror el miedo, la costumbre al hambre y la muerte. Manufacturaron leyes y valores, nos han arrodillado frente a ellos y sus dioses. Cuando no les ha alcanzado, siempre tienen a mano pisto o pistola.

Se inventan discursos como el de salvar al país del socialismo o de Iván Velásquez y la CICIG; cuando se quedan sin argumentos y no hay quien apañe sus orgiásticos baños de sangre desde la legalidad de las instituciones; fabrican traiciones o el supuesto entreguismo de los plebeyos, y se autoengañan despotricando contra fantasmas conspiradores que quieren arrebatarles el poder.

No les importa lo perjudiciales que han resultado ser sus intereses para el prójimo, ese que tanto dicen amar y servir, con su frase resobada de “solo Dios pone y quita reyes”, justifican ser los ungidos merecedores de nuestra sumisión y caravanas. La justicia, la democracia y la libertad sirven si y solo si, se someten a sus designios; de lo contrario es necesario erradicar a los rebeldes que se oponen a su ley y orden: por las buenas, por las malas o por las balas.

No se han dado cuenta que se están quedando solos, que ya no somos la Centroamérica subversiva y pro soviética que tanto combatió los Estados Unidos; entonces se cebaron de sangre y el producto de su pillaje. Ahora, la supuesta amenaza para los gringos sin memoria ni escrúpulos, son nuestros hermanos migrantes y el “terrorismo”, no la izquierda ni el comunismo. Los gorilas ya no son necesarios. Además, han probado ser ladrones en demasía, y cualquier inversión del país del norte para impulsar el desarrollo o frenar la migración, el crimen organizado y el narcotráfico, se pierde en sus caletas.

La beligerancia demostrada últimamente por todo el espectro político nos debería facilitar la construcción de una Asamblea Ciudadana Amplia que recoja las bases de un nuevo contrato social y organización del Estado, de lo contrario iremos sustituyendo piezas visiblemente “chafas”, pero el mal está en el sistema, el cual reproduce “dignatarios” que por ejemplo califican a las personas con discapacidad como “un gasto para el país”. Fascismo y nazismo puro y duro.

En lugar de apoyar la lucha contra la impunidad, algunos desvergonzados levantan falsas banderas de patriotismo e independencia, cuando en otros tiempos han sido ellos y sus adalides quienes precisamente han hecho apología de la vida y la política en el país del tío Sam y han disfrutado de su tutela.

Basta del falso patriotismo y el peligroso nacionalismo, de torcer la ley y las instituciones a su gusto y antojo. Basta de gestionar la justicia y la política con pisto. Basta de arreglar la disidencia con balas.

Fuente: [http://lahora.gt/ley-pisto-pistola/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Danilo Santos Salazar