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Autor: Carlos López

El trabajo creativo de Iola Benton tiene dos formas expresivas y un solo lenguaje, la poesía. Aunque ha entregado su vida al arte plástico —en el que se reconoce su dominio del color, la armonía en la composición, sus ensayos con diversas técnicas, el manejo de los mínimos elementos para representar su concepto singular, sentido del mundo—, su espíritu de exploración de los misterios del arte va más allá; ahora busca en los laberintos de la poesía el lenguaje de la luz.

Saudades es una reunión de los dos lenguajes que la poeta cultiva desde siempre. La pintura y la poesía la acompañan a través de una búsqueda íntima, solitaria, donde se vinculan el silencio del recogimiento con el murmullo de las cosas. Color y palabra se unen en una visión casi secreta que nos revela éxtasis, belleza, sensaciones. La cadencia que logra en ambos campos es la mejor muestra de su solidez y estilo por abrevar en lo breve, que gana en profundidad, una hondura que logró a través de arduo, paciente trabajo, cada vez más definitivo, maduro, depurado.

El trazo y la palabra se funden en un palimpsesto; en la epifanía del arte se fijan los ensueños que le dan origen. Principio y fin, la creación de una obra de arte (poema o pintura) lleva implícita la interrogante que abarca el mundo, sus misterios. La mirada de Iola se posa en los intersticios, en las cosas simples en apariencia, complejas en su naturaleza, donde busca la esencia; cuando la encuentra, nos comparte el fragmento del mundo con el que nos asomamos al resplandor; su trabajo atesora un secreto; entrar en su arte implica detenerse, escuchar el susurro del poema, sentir la llegada del color, ser testigo del deslumbramiento.

En Saudades se puede practicar la metáfora que permite la mezcla de los sentidos, con la que se escucha la intensidad del color y se mira la entonación cambiante del poema. Iola Benton nos invita al goce de los sentidos, pero su arte no se queda ahí, cava en las profundidades; una vez que nos compenetramos en él, nos queda, como un eco, la resonancia de su enigmática belleza.

En este libro se pueden disfrutar pinturas memorables y poemas hechos con imágenes sorprendentes, con singular fuerza expresiva. Iola Benton traza sus lienzos con impulso poético, con luz, con sabiduría. La consonancia de su pincel con la paleta prodigiosa que emana nostalgia con profundidad conceptual se funde en la creación artística que late en la piel de la pintura y en la del espectador. La artista crea con intuición, fantasía, arrebato; en su trabajo se halla más de una propuesta para encontrar los recónditos misterios del universo.

Iola Benton ha tenido más de 50 muestras individuales y 100 colectivas en galerías nacionales y extranjeras; su obra se encuentra en colecciones permanentes de las mejores pinacotecas privadas y públicas y en museos de México, Suiza, Estados Unidos, Dinamarca, Canadá, Brasil. También, ha participado en bienales de arte de América Latina. Con un ritmo creativo imparable, ha publicado 3 títulos de poesía y diversas carpetas con monotipos, donde exhibe un trabajo rico, propositivo, cargado de metáforas, de una conmovedora armonía, intenso, que deja huellas, nostalgias.

 

Carlos López