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La utilización de Francisco Tambriz por el FCN

Hoy el conservador y pro-impunidad Francisco Tambriz pasa a sumarse a la lista de los “indios permitidos” que el multiculturalismo consintió que surgieran.

Irmalicia Velásquez Nimatuj

La estrategia del partido oficial FCN, de lanzar como candidato al Congreso de la República al diputado por Sololá, que ganó por el Lider, Francisco Tambriz y Tambriz, no solo fue una apuesta que se convirtió en un fracaso para el presidente Jimmy Morales y para el maquiavélico y cínico Javier Hernández, sino que es uno de los mejores ejemplos que muestra cómo las elites gobernantes aún intentan resucitar a las agonizantes políticas multiculturales que durante casi dos décadas sirvieron a los gobiernos neoliberales desde 1996 con Álvaro Arzú hasta el actual, para abrir pequeñas ventas a la participación de hombres y mujeres mayas o garífunas dentro del Estado, y presumir que impulsaban la democratización del poder al compartirlo con los pueblos indígenas, mientras que por la espalda se dedicaban a construir un andamiaje jurídico-legal que permitió la entrega del territorio guatemalteco al capital trasnacional. Concretamente a empresas extractivas.

Hoy el conservador y pro-impunidad Francisco Tambriz pasa a sumarse a la lista de los “indios permitidos” que el multiculturalismo consintió que surgieran, en el marco de políticas de despojo, disfrazadas de culturistas y que son usadas por el poder económico y político para maquillar el rostro expoliador del Estado.

En este caso, Tambriz por ser k’iche’, fue usado por la política corrupta que necesita, no un líder con conocimiento y conciencia, que actué por sí mismo, que sea capaz de dirigir una agenda legislativa en beneficio no solamente del pueblo de donde proviene sino de todos los otros pueblos del país. Este caso evidencia que las fuerzas incapaces, oscuras y corruptas del Congreso, a las cuales Tambriz pertenece, necesitaban de un títere que fuera usado por su identidad racial para aparentar ante la opinión pública “que por primera vez, un indígena no solo podía aspirar sino además, ganar y presidir el Congreso de la República”.

De haber ganado, Tambriz se hubiera convertido en el nuevo Jimmy Morales que desde el Congreso, las fuerzas externas y sujetos como Javier Hernández, junto al delincuente Estuardo Galdámez lo hubieran puesto a bailar al son que ellos necesitaran para seguir con su estrategia de saqueo y garantizar vida a la impunidad.

Fuente: [www.elperiodico.com.gt]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Irma Alicia Velásquez Nimatuj