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***La Mujer del Poeta***
Cuántos le dijeron:
No sigas esa estrella.
ese es sólo un vividor,
un hombre sin futuro,
sin destino un eterno
peregrino…

Pero ella que podía hacer,
si él con sólo mirarla
la hacía estremecer,
si con sólo rozarla
le dejaba el alma
vibrando.

Ella se enamoró,
él nunca nada le prometió,
no le ofreció una estrella
y ni siquiera la promesa
de un mañana…

Aun así una noche de luna
llena como loba en celo,
a su macho se entregó.

Sin títulos de propiedad,
mas a la luz de la verdad,
aquella noche con sus
manos tocaron el infinito.

Con sus caricias hizo florecer
esa rosa en su vientre…
Y aunque muchos dijeron
que era demente…
El Amor abrió el camino.

Hoy… Del poeta ella
no sabe nada,
mas no se siente abandonada,
porque él nunca le dijo que
se quedaría…

Ella no lo espera…
Porque él nunca prometió
que regresaría…
Ella vive por esa alegría
de saber que algo de él
crece en su vientre.

Todos los días le canta,
las canciones que él,
al oído le susurro…

Acariciando su vientre
al fruto de sus amores
le dice: ¡Tu padre
es un poeta!

Yo te concebí mientras
el escribía sus más
bellos versos sobre mi piel.

Fue mi cuerpo el papel
donde dejo plasmada
su poesía…
Fue mi vientre el campo
donde el planto su
semilla.

Eres Tú el fruto de nuestro
Amor y de esa oración
que cada día ofrecía
en mi corazón.

Toda la magia de sus versos,
todo su amor yo lo recibí…
Y fue como un torrente de miel,
algo que eriza la piel…

Porque no fuiste concebido
en un descuido…
Ni mi entrega la entrega
de una mujer de busca
marido…

Lo nuestro fue libertad
absoluta,
esa que se disfruta más que
cualquier fruta…

¡Yo soy la mujer del poeta!
Tú eres el hijo que siempre
mi vientre invocó y Dios
no se equivocó,
porque de todo lo que él me dio
tu guardas la esencia.
Oxwell L’bu