Para mi amiga Cora Mendoza
Eternamente bella;
inocentemente pura;
preferiste transformarte en la flor niña
antes que caer en los brazos de Vertumno.
Tus compañeras ninfas
contigo ya no cuentan
para danzar, para cantar
sus nínfeos y alegres cantos
que alegran los umbríos bosques.
Antes que ser manchada por la lujuria intoxicante huiste,
y, antes de sentir que el sensual dios te tocara
transformaste tu grácil cuerpo en tallo y en raíces,
tus perfectos brazos en hojas transpirantes,
tus blondos cabellos, en numerosas flores.
Perennemente etérea significas muchas cosas,
entre ellas la gozosa infancia; la estima y la mayor confianza.
Si te entregan blanca, «Eres la más bella».
Si azul te obsequian, «Sé que tu voz es verdadera».
Si rosadas o violáceas, «Tienes mi más grande amor, por siempre».
Tanto quien te da, como quien te recibe,
como tú, debe ser gentil, inocente y puro.
Tu prístino mensaje es que las virtudes
de quien contigo se vincula,
son tantas como pétalos forman tu corola.
Quien se enamora y matrimonio
le propone a la doncella,
al recibirte, esperanza ha recibido,
pues la amada contigo ha respondido
«Consideraré tu petición, amado mío».
Y mientras tanto viene la final respuesta,
con gusto ofreces tu gentil corola
para que el que ama
anticipe la respuesta
«Me ama, sí; poco, mucho o nada.»
- Y cómo no…, de Georgina Palacios - 4 abril, 2013
- Nostalgia, de Georgina Palacios - 3 abril, 2013
- La margarita, de Georgina Palacios - 3 abril, 2013
Comentarios recientes