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La marcha y la prensa

Más de 20 mil personas llegaron a la capital pero detrás de cada una, miles no pudieron hacerlo.

Irmalicia Velásquez Nimatuj

La marcha por el agua que ingresó a la capital el 22 de abril –luego de 11 días de recorrer rutas nacionales– se caracterizó porque la prensa tradicional la cubrió de manera marginal, actitud que está en conexión con las
políticas ideológicas y económicas de los propietarios.

Mario Carpio escribió en su libro: El negocio de la Prensa (1979) que los asuntos y temas indígenas no eran importantes para los medios de comunicación y frente al eurocentrismo de los propietarios “lo importante solo ocurría en la capital”. Treinta y siete años después la prensa tradicional –ante el avance de medios alternativos críticos, en donde la vida indígena es el cetro de sus agendas– ha ido incluyendo temáticas indígenas. Sin embargo, lo hacen sin dejar de retratarlos como perpetuas víctimas y no como actores de vanguardia, por eso, escogen publicar elementos culturales mientras omiten las injusticias frente a las cuales los indígenas se rebelan.

Un ejemplo fue la cobertura de la marcha, que denunció delitos contra la vida de poblaciones completas en las que están incurriendo las fuerzas económicas, de capital internacional y nacional, que se han apropiado de territorios y recursos de los pueblos indígenas de manera fraudulenta, ilegal o amparándose en resoluciones que han negociado o comprado en el Ministerio de Energía y Minas, así como en el Congreso, para robar el agua y contaminar los territorios con siembras de palma africana, caña, banano entre otros productos o destruir los territorios con la explotación minera a cielo abierto o extracción de recursos como, el petróleo a la par de aldeas.

Más de 20 mil personas llegaron a la capital pero detrás de cada una, miles no pudieron hacerlo, evidenciando que de las conciencias brota la urgencia de anular leyes como la de la minería que demanda un uno por ciento de regalías a las empresas sobre las ventas brutas de los minerales que se extraen ¡esto no es riqueza! ¡esto es regalar los recursos! ¡esta es una de las causas de la pobreza! con el agravante de que vacían ríos o los desvían dejando en enfermedad y agonía a los ancestrales propietarios de Iximulew.

Más de 20 mil personas llegaron a la capital pero detrás de cada una, miles no pudieron hacerlo, evidenciando que de las conciencias brota la urgencia de anular leyes como la de la minería que demanda un uno por ciento de regalías a las empresas sobre las ventas brutas de los minerales que se extraen ¡esto no es riqueza! ¡esto es regalar los recursos! ¡esta es una de las causas de la pobreza!

Fuente: [http://elperiodico.com.gt/2016/04/30/opinion/la-marcha-y-la-prensa/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Irma Alicia Velásquez Nimatuj