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La crítica marxista a Piketty

A los neoliberales no les gusta este intento de salvar el capitalismo.

Mario Roberto Morales

Aunque tengo en mi pantalla el libro de Thomas Piketty, Capital In The Twenty First Century, no lo he leído. Pero tampoco he podido evitar enterarme de los entusiasmos de algunos izquierdistas (y de las iras de todos los neoliberales) que el mismo ha desatado en los medios de comunicación. Rompiendo por la mitad estas procelosas aguas, el periodista polaco Maciek Wisniewski (La Jornada 6-5-14) realizó un recuento de las críticas marxistas que ha recibido este libro, cuyo autor ha sido satanizado como comunista por la alharaca neoliberal, escandalizada por el hecho de que este economista francés de derecha prueba que la desigualdad económica en el mundo ha sido agudizada por la actual forma de acumulación capitalista transnacional, la cual está muy lejos del ideal democrático bajo el que navega su aparato ideológico, el neoliberalismo.

El capital no es un conjunto de bienes que representan riqueza como, según sus críticos marxistas, cree Piketty. Ésta es la forma externa de existencia del capital. Pero su naturaleza esencial —es decir, aquello que lo hace ser lo que es y no otra cosa— consiste, según Marx, en existir y actuar como “una relación social” cuya lógica de reproducción rige las relaciones humanas en el terreno laboral, social, ideológico y espiritual. En otras palabras, el capital (visto como relación social) es el criterio organizador de la vida humana bajo el sistema capitalista. ¿Y cuál es esa lógica de reproducción del capital que se erige como paradigma rector y estructurador de la vida de todos? Es una lógica que obedece a un solo principio articulador: aumentar márgenes de lucro para los propietarios de las empresas capitalistas. Y a este principio se subordina el derecho, la moral, la religión, la política y la vida emocional y afectiva.

Este, entre otros conceptos básicos de Marx, es ignorado por Piketty, según sus críticos marxistas. Además, dicen, el libro “pretende salvar al capitalismo de sí mismo” al proponer el alivio de las desigualdades mediante el aumento de impuestos a los ricos. Y esto, lejos de ser una crítica antisistémica, sólo expresa la intención de perpetuar la vigencia del capitalismo y de su lógica de reproducción. Porque, si nos atenemos a la definición de capital que ofrece Marx, resulta obvio que los males que el capital y su lógica de reproducción provocan, sólo pueden remediarse radicalmente con un cambio de sistema, y no con una atenuación de las nefastas consecuencias de la naturaleza esencial y del funcionamiento del capitalismo.

Por si esto fuera poco, Wisniewski cita una entrevista a Piketty (New Republic 5-5-14) en la que al ser preguntado sobre la influencia de Marx en su pensamiento, responde: “En realidad nunca lo he leído… creo que es muy difícil de leer, y no fue una influencia en mí”. Oh, desilusión para los apresurados izquierdistas biempensantes, aunque no para los iracundos neoliberales, a quienes la crítica marxista a Piketty importa poco, pues lo único que les interesa es defenderse del señalamiento que aquél hace (con lujo de datos) sobre que la actual forma de acumulación capitalista es la responsable de evidenciar al sistema como un rotundo fracaso en materia de crecimiento económico societario y como un mero mecanismo de concentración de riqueza para una oligarquía planetaria, la cual constituye menos del uno por ciento de la (por ella subyugada) humanidad.

…cuyo autor ha sido satanizado como comunista por la alharaca neoliberal, escandalizada por el hecho de que este economista francés de derecha prueba que la desigualdad económica en el mundo ha sido agudizada por la actual forma de acumulación capitalista transnacional, la cual está muy lejos del ideal democrático bajo el que navega su aparato ideológico, el neoliberalismo.

Mario Roberto Morales
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