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La calma chicha y el efecto Red Bull

Edgar Celada Q.
eceladaq@gmail.com

Instalada plenamente la temporada navideña y de fin de año, se empiezan a respirar en el país los aires de una calma chicha, algo así como si por obra y gracia de la providencia mercantilista, se decretase una especie de compás espera en la contienda política nacional.

Usando la terminología futbolera, también actualizada por la finalización de la temporada nacional, podría decirse que los contendientes se van al descanso con un sabor de empate en la boca.

En las últimas semanas, dijimos en este espacio el miércoles anterior, se asiste al inicio del capítulo dos del proyecto restaurador. Encontrábamos como sus signos el freno a las reformas constitucionales en materia de justicia; la próxima instalación de una junta directiva del Congreso al gusto del Ejecutivo; a poderes económicos ocupando (de nuevo) los “cuartos de al lado” de ministerios sensibles y la ofensiva mediática y política contra Cicig y MP.

Por falta de espacio, faltó decir que ese capítulo dos es alentado, además, por el efecto Red Bull que la elección de Donald Trump parece haber causado en los promotores de la restauración conservadora. La victoria electoral del magnate da alas a la imaginación de quienes apuestan por la “rectificación”, de la política imperial hacia Guatemala y los otros países del triángulo norte de Centroamérica.

El viaje, el elevón, debe haber durado poco pues, como si quisiera prevenirse el efecto Red Bull, el lunes llegó a Guatemala el subsecretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Juan González, con un mensaje claro: el apoyo a la Alianza para la Prosperidad es una política bipartidista, que responde al interés estratégico de seguridad de EE. UU.

De acuerdo con el reporte de ACAN-EFE sobre la visita del funcionario, “González salió al paso de las dudas sobre si el plan contará con el apoyo de la nueva administración de Donald Trump, remarcando que se trata de una política de ‘interés nacional’ que cuenta con el respaldo de ambos partidos mayoritarios en Estados Unidos”.

En el plano doméstico, entretanto, la Corte de Constitucionalidad rechazó un amparo interpuesto por el diputado Edgar Ovalle, jefe de bancada del oficialista FCN-Nación, con lo cual se allana el camino para que se le retire el derecho de antejuicio y pueda ser encausado por crímenes de lesa humanidad, cometidos durante la década de 1980, cuando el hoy legislador era oficial del ejército.

Es decir, la calma chicha de fin de año está condimentada por ese toma y daca, que prefigura un 2017 caracterizado por el forcejeo entre los restauradores de la impunidad y las instituciones comprometidas, acaso por primera vez en nuestra historia republicana, con la justicia.

En ese panorama no cabe la neutralidad deportiva del “a ver quién gana”. Si se imponen los restauradores de la impunidad, no cabrá hablar de la derrota de Thelma Aldana o de Iván Velásquez, sino de la derrota de Guatemala.

Una más.

En ese panorama no cabe la neutralidad deportiva del “a ver quién gana”. Si se imponen los restauradores de la impunidad, no cabrá hablar de la derrota de Thelma Aldana o de Iván Velásquez, sino de la derrota de Guatemala.

Fuente: [www.s21.gt]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Edgar Celada Q.
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