Justicia ante el asesinato de Juana Raimundo Rivera
Codeca ha sido atacada desde múltiples formas usando desde la pluma hasta el asesinato.
Irmalicia Velásquez Nimatuj
Guatemala ha entrado en una nueva etapa de represión que se ha enfocado en asesinar a lideresas y líderes comunitarios que defienden sus territorios de la invasión de empresas trasnacionales que están despojándolos de los recursos que poseen los pueblos indígenas en el suelo y subsuelo, que demandan el derecho a ejercer la consulta libre, previa e informada, y a decidir por sí mismos por la construcción de su propio modelo de vida y desarrollo.
Desde inicios del siglo XXI las comunidades han sido presionadas para que cesen sus demandas y la forma de callarlos es desapareciendo a sus portavoces. Ahora secuestraron, torturaron y asesinaron a Juana Raimundo Rivera, joven lideresa de 25 años, enfermera y originaria del Pueblo Ixil, de la rebelde e histórica comunidad de Salquil Grande, que de forma organizada se ha negado a que ingresen a sus territorios empresas que buscan despojarlos de sus bienes comunitarios.
El asesinato de Juana es una alerta ante el derecho a la vida de las mujeres indígenas que se levantan de múltiples maneras, que se organizan y están construyendo una participación política alternativa ante el corrupto sistema político electoral que prevalece. Desde hace cinco años, ella integraba el Comité Ejecutivo Municipal del MLP y era parte integrante de Codeca. Colectivo que aglutina a mujeres y hombres de diferentes regiones del país que, por primera vez se han ido fortaleciendo y oponiéndose a las políticas partidistas tradicionales y son una fuerza que tiene posibilidades de enfrentarse a la partidocracia tradicional.
Precisamente, por eso, Codeca ha sido atacada desde múltiples formas usando desde la pluma hasta el asesinato. Allí están los “intelectuales orgánicos” de la extrema derecha que no cesan en publicar columnas en donde los asocian con la situación de Venezuela, Cuba o Nicaragua, en su afán por confundir y atemorizar a la población para destruir esta propuesta política que emerge desde el propio corazón de las inequidades.
Después de haber vivido un genocidio debiéramos haber aprendido la lección: nadie en Guatemala, sin importan su condición étnica, de género o clase debería de ser asesinado por pensar diferente, por proponer otro país o soñar con el futuro.
¡Justicia para Juana Raimundo!
Fuente: [https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/08/04/justicia-ante-el-asesinato-de-juana-raimundo-rivera/]
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