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Inimaginable alcance mafioso de exmandatarios Otto Pérez y Roxana Baldetti

Danilo Santos

Guatemala vive un circo birlesco nunca visto en América Latina y la historia moderna del Estado, millones robados por exfuncionarios, empresarios, medios de comunicación, diputados y “redes sociales”. La excesiva vanidad y avaricia encierran grandes dosis de ignorancia y enfermo hedonismo. Llevaron al límite la barbarie, lo que aparentemente se robaron hizo falta cada vez que no hubo insumos para salvar vidas en el sistema público de salud, o en las zonas más deprimidas económicamente del país y con dramáticos índices de mortalidad infantil por hambruna y desnutrición crónica.

No solo se trata de Otto Pérez y Baldetti, o de los otros altos funcionarios y exfuncionarios; “las redes sociales” que tejieron alrededor de su circo birlesco son alarmantes. Muchos sabían y callaron o se beneficiaron de ese dinero sustraído a nombre del gobierno, obtuvieron favores, poder, o simplemente se sintieron parte de los “cabrones” que gobernaban y mandaban.

No fueron la “perfecta” organización de las células del partido, o la penetración de la propuesta de mano dura, mucho menos la mayor cantidad de votantes a favor del partido patriota las que ganaron las elecciones que llevaron al gobierno a los naranjas: fue la corrupción, la realidad trucada y la complacencia de una sociedad que parece gustar de lo violento y vulgar.

Claro que tenían la mano dura, y la cabeza, y el corazón. Siendo autocríticos, eso está extendido en la sociedad guatemalteca, por eso gusta y triunfa. Las recientes elecciones de 2015 lo refrendan nuevamente.

La Comisión Contra la Impunidad en Guatemala y el Ministerio Público están entrando a la historia, no del país, eso hace rato, sino mundial. Lo que están haciendo ya deja huella en las ciencias jurídicas y políticas, en la historia moderna del desarrollo del Estado. Ojalá la mórbida justicia haga lo mismo. Los guatemaltecos estamos en el momento justo de darle vuelta a la tortilla, para eso habrá que ser congruentes y no asumir infantilismos históricos, cualquiera sea nuestra posición en el espectro ideológico.

El alcance de las acusaciones hechas por CICIG y MP penetran en lo profundo de la economía guatemalteca, toca a empresarios, trabajadores de instituciones de gobierno, funcionarios, exfuncionarios, directivos de bancos, dueños de medios de comunicación, periodistas, diputados,exdiputados, financistas de partidos políticos; no podemos cerrar los ojos ante esa realidad, debemos cambiar la política, desterrar a sus mañosos dueños y volver la honradez un valor indispensable, cotidiano y útil para ser próspero.

Guatemala será distinta si los guatemaltecos somos capaces de cuidar y cosechar lo que están haciendo Iván Velásquez y Thelma Aldana.

No fueron la “perfecta” organización de las células del partido, o la penetración de la propuesta de mano dura, mucho menos la mayor cantidad de votantes a favor del partido patriota las que ganaron las elecciones que llevaron al gobierno a los naranjas: fue la corrupción, la realidad trucada y la complacencia de una sociedad que parece
gustar de lo violento y vulgar.

Danilo Santos Salazar