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Ignocracia

Javier Payeras

El peor delito en la política es la ignorancia. Pero no me refiero a la carencia de conocimientos técnicos especializados, sino a la ignorancia absoluta sobre el país que se pretende gobernar. No conocer su historia, su arte, su literatura es tan vergonzoso como el desconocer todo lo referente a su economía, geografía y administración.

Me imagino que algunos recelarán de este argumento. Esos algunos que detentan un poder que consiguieron mediante la demagogia, y que temporalmente, en su completa y rotunda oscuridad conceptual, tienen la sartén por el mango. Aquellos que entraron gracias a la verborrea y al parasitismo más rastrero que existe dentro de los partidos políticos guatemaltecos. Luego de pagar su boleto –a falta de méritos- se suscriben a contratar decenas de asesores para que les hagan comprensible lo que les resulta ininteligible.

En El Príncipe, Maquiavelo pronostica la caída de los gobiernos y de los gobernantes que en lugar de buscar la lucidez, busquen rodearse de aduladores y de oportunistas. Porque la incompetencia se reconoce fácilmente: carece de autocrítica, se ufana de su autoridad (no de su conocimiento) y en lugar de consejeros busca conserjes.

John Stuart Mill por otro lado señala que el mayor delito que puede cometer un gobierno es no poner a los mejores dentro de su administración. Con los mejores se refiere no solamente a los más informados, sino a los más íntegros. Ni dogmáticos ni trepadores construyen un estado fuerte, es la lealtad con los gobernados y no con quienes están de turno, lo que construye justicia.

Fuente: [http://soledadbrother.blogspot.mx/2010/05/ignocracia.html]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Javier Payeras
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