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Ideologías animadas de ayer y hoy…

Danilo Santos

Aunque no nos gusten las opiniones de los demás, es necesario aprender a coexistir con ellas y saber que el futuro del país descansa en nuestra capacidad de pensar, disentir y convivir.

Mucho del cotarro levantado por las reformas constitucionales al sector justicia está impregnado de desinformación, malas intenciones, oportunismo y sobrevivencia política. Las ideologías animadas de ayer y hoy asustan con el petate del muerto y no alcanzan a distinguir que la sociedad guatemalteca está HARTA del actual estado de cosas.

Hasta los más férreos intelectuales orgánicos de la derecha opinan que el espectáculo de las barras en el Congreso de la República no tiene nada que ver con una discusión seria sobre las reformas, bien por ellos, de eso se trata, o discutimos y nos ponemos de acuerdo o seguimos matándonos como hasta ahora; voto por lo civilizado y porque se extingan los hipócritas obturados que celebran la contrarrevolución del 54, pero aborrecen el actual “intervencionismo” del señor Robinson.

La Constitución Política de la República será reformada, no les quepa ninguna duda; con qué profundidad y cuándo, eso depende de actores políticos y coyunturas, pero tanto el protectorado gringo como los dueños de la economía nacional se han dado cuenta que el Estado que fraguaron se pudrió y no representa ninguna garantía a su control conjunto, es lesivo para el modelo de acumulación largamente usufructuado y para la seguridad nacional de los Estados Unidos. Ya si la llamada por duros críticos “izquierda rosada” aprovecha tal circunstancia, eso es harina de otro costal, pero nada tiene que ver con la dictadura del proletariado, lejos, pero muy lejos estamos de eso.

Las jornadas de abril de hace dos años, así les llamen manipuladas o de colores, pusieron de manifiesto que sí existen cohesionadores sociales, cómo se conducen y aprovechan, quién lo hace, eso también es parte de un análisis más profundo; lo cierto es que es fácil movilizar y movilizarse contra una clase política cínica y sinvergüenza, contra esquemas caducos fabricados maquiavélicamente y ahora defendidos por pulcros guiñoles racistas.

La integración de los pueblos indígenas en el Estado y el gobierno, la transformación del sector justicia, la verdadera independencia de poderes y la profunda reconfiguración de la clase política en Guatemala, tienen como condicionantes las reformas constitucionales. Una Constitución Política manufacturada en tiempos de guerra no es útil en los tiempos en los que se busca la paz. Si se conservan los ideales de exclusión y de un nacionalismo con pedigrí, de nada sirve lo cronológico, estamos en el mismo lugar y entonces no se puede olvidar, no se puede perdonar, no se puede progresar, no se logra la paz.

“¿Dónde poner la cabeza? /Me dijeron: / -los pies sobre la tierra. / las alas en el viento / y las manos arriba! / ¿Y la cabeza? /Se ha tejido teorías, se ha fabricado hipótesis: / -la cabeza debajo del sombrero / encima de los hombros; / al final del cogote; / detrás del mecapal; / bajo el cuchillo de la guillotina; / al encuentro de un tiro de pistola; / en medio de laureles; / bajo la lupa de un sicoanalista. / ¡pero nunca en tus manos, / nunca en tu regazo, / nunca en la almohada, al lado de la tuya!” Guatemala. (Un cráneo a la sombra, Manuel José Arce. Fragmento).

Fuente: [http://lahora.gt/ideologias-animadas-ayer-hoy/]

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Danilo Santos Salazar