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«Toda esta generación de viejos hay que empezarla a sustituir»

Una entrevista con Humberto Ak´abal

Jesus Abac

El viento frío de la tarde se nos adelantó al paso cuando nos dirigíamos Santiago y yo a la residencia del poeta Humberto Ak’abal.

No sé si era el clima de la intemperie o el nerviosismo frente a la personalidad literaria a punto de entrevistar, pero en mis entrañas se formaba un trémulo fuerte que iba en ascenso con mayor sonoridad a cada paso que dejaba plasmado sobre el camino de tierra.

En Santiago se observaban gestos de pena y de emoción, ya que tomaría, por primera vez, algunas fotografías al poeta momosteco.

Llegamos a la casa de Humberto Ak’abal y el primero en azarearse fue el viento frío, común en el pueblo, que deambuló libremente por las calles de Momostenango.

El objetivo de la visita: observar y develar al escritor no sólo como poeta sino como político.

La primera impresión que sentimos ante el recibimiento de Humberto Ak’abal fue la sinceridad a plomo.

Esto fue lo que descubrimos.

Jesus Abac: ¿Qué entiende por poder?

Humberto Ak’abal: La palabra es poder. Por la palabra es que tenemos presencia la mayoría de los habitantes del mundo. Los que carecen de ese poder son las personas que por algún defecto físico no pueden expresarse. Yo la manejo y la uso a partir de lo que modestamente puedo llamar poesía, y ha tenido algún eco más allá de nuestras fronteras. Si esta palabra no tuviera poder, a lo mejor no hubiera salido de mi propio pueblo.

JA: Si se entiende la poesía como poder, ¿qué tanto puede ser la poesía un discurso político?

HA: La poesía no es para masas. La poesía es para público reducido. Son pocas las personas que tienen inclinación a escuchar o leer poesía. Sin embargo, lo grandioso del poder de la palabra, desde el punto de vista político, es que ha sido el único que ha registrado los hechos de tiempos inmemoriales. De esa cuenta es que sabemos acerca de los hititas, de los sumerios… es a través de las tablillas donde algún poeta anónimo dejó registrado un suceso. Y eso -remarcó- ya es un punto de partida para darle importancia a la poesía.

HumbertoAkabalyJesusAbacSi vemos a nuestra propia cultura maya, los primeros textos que se conocen son algunas frases de los poetas anónimos, que no los podemos ubicar exactamente en un año preciso, pero de acuerdo a la Arqueología, estaríamos cerca de los 7,000 años, lo que quiere decir entonces, que esa palabra escrita en piedra o en arcilla mantiene su poder a través del tiempo, que de pronto se descubre y es un punto de partida, una referencia.

La palabra poética la encontramos en los grandes documentos que han antecedido a la ciencia y estos son los grandes libros generacionales como el Enuma Elish, el Panchatantra, la Biblia, el Popol Wuj… Esos son los grandes poemas épicos que nos remiten a los inicios del pensamiento humano y a la necesidad que han tenido las culturas de dejar testimonio de su existencia a través de la poesía contenida en sus mitos.

JA: Tomando como referencia las manifestaciones sociales del 2015, ¿cómo observa su poesía actualmente en el poder y en el contexto político?

HA: Mi poesía es muy pobre en ese sentido. No voy a arrogarme nada en este caso. Sin embargo, en otras ocasiones, yo mismo me he sorprendido; recuerdo que en una ocasión quise que le tomaran una foto a un texto -pausó, hizo referencia a la cámara de Santiago Tzoc dándole el calificativo de «don», quien al escucharlo sonrió tímidamente; típico de un joven momosteco, y luego Humberto continuó con voz anecdótica-. Yo no tenía una cámara a mano, así que fui a hablarle a un fotógrafo de Parque Central para que fotografiara un poema mío que habían puesto como grafiti sobre la 9ª calle, entre 6ª y 7ª avenida en la zona 1. A mí me sorprendió gratamente que un poema mío fuera utilizado como grafiti a manera de reivindicación social. Y luego, en una de las paredes del Ministerio de Educación, apareció otro texto mío que también escribieron allí como grafiti.

Eso para mí fue asombroso porque es un testimonio de cómo la poesía deja de ser del autor y se convierte en un bien público. Y estoy agradecido con esas manos anónimas que tuvieron la gentileza de dejar puesto mi apellido.

JA: En este mismo contexto, ¿cómo el poder de la poesía puede ayudar a la democracia?
HA: Yo siempre he creído que todos los aportes que han hecho los escritores en diferentes épocas y en diversos países no se ven –enfatizó-, porque esa es la verdad; nunca se van a ver. Sin embargo, han contribuido grandemente, sobre todo, en la de-mo-cra-ti-za-ción de la palabra. Porque de lo contrario, estaríamos dejando que la palabra se quede sólo en las manos o en las lenguas de los demagogos, que eso sería lo peor que nos podría ocurrir. Cuando la demagogia se adueña del lenguaje, esta destruye la democracia. En tanto que la poesía, que siempre es rebelde en sí misma, se manifiesta externamente, pues está dando esa contribución.

Así pues, la poesía contribuye a la democracia, y segundo, enriquece el lenguaje, porque ese es el papel del literato, y en tercer lugar, creando palabras nuevas. Ayudando a la evolución del idioma…

JA: En cuanto a la demagogia, ¿esa apropiación de la palabra tiene alguna causa principal…?

HA: El oportunismo –me interrumpió-. El oportunismo es la manifestación del egoísmo de un individuo que ve a la colectividad más como uso a sus propósitos, pero no usando la palabra como retribución. Cuando la poesía se escribe con plena libertad se está retribuyendo al pueblo, al mundo, a la gente lo que le ha otorgado. En tanto que la demagogia, lo que hace, es quitarle al pueblo lo poco que tiene, que es la palabra, para reducirla y no devolverle nada.

En ese momento, el diálogo con Humberto se volvió dinámico. Personalmente quería saber más sobre la democratización de la palabra y sobre los representantes de los partidos que usan ese egoísmo demagógico, por lo que esgrimí otra duda.

JA: ¿Cree que estos demagogos están representados en algún partido político?

HA: Creo que es en general. Pretender seleccionar es bastante difícil. Sobre todo, la política actual… hay demasiadas evidencias. En Guatemala lo vivimos recientemente con los discursos falaces de todos los candidatos, desde los más pequeños a los altos, en su mayoría con discursos demagogos. Tal vez alguno u otro con alguna idea distinta, pero el apabullamiento de los grandes ha opacado alguna que otra idea…

JA: En el contexto global y nacional, ¿cómo ve la participación de la juventud en los movimientos políticos?

HA: Es importante esa manifestación que está haciendo la juventud en la actualidad en todo el mundo y particularmente en Guatemala. Eso significa algo; que se está dando un paso hacia adelante, eso es fundamental. Dejamos de estar estancados. Porque tuvimos aquí en Guatemala una guerra interna que infundió demasiado miedo y de esa cuenta, para los que éramos jóvenes en esa época, después actuamos con mucho temor porque conocimos las consecuencias de lo que resultó de ese entonces. Ahora, la generación actual está comenzando a despertar, a retomar otra vez este poder que tiene la juventud: la fuerza, la valentía, el coraje, el carácter… Para mí es un gran despertar. Por supuesto, no es como uno quisiera que fuera la juventud del país entero porque hay algunas desventajas. Tendríamos que tocar necesariamente las carencias y la exclusión. La situación en Guatemala es totalmente dispareja. Los que están en las ciudades, y sobre todo en la capital, tienen un poquito más de acceso a sentir cómo van evolucionando las cosas. En el área rural, en la provincia, esto es mucho más lento. Sin embargo, gracias a los medios de comunicación ahora se puede saber y eso ya significa mucho. Por lo menos, quiero entender, que despierta la inquietud de los jóvenes de tierra adentro. Cuando despierta esa inquietud, pienso yo, despierta también el interés por empezar a saber. Cuando uno quiere “saber”, entonces comienza a preguntar. Quien empieza a preguntar ya se empieza a informar. El que se informa ya ha dado un paso que lo adelanta con respecto al que no se informa. El que no está informado sigue en la ignorancia y aunque tenga 10 títulos colgados en la pared, no significa en absoluto que por tener un grado académico esté informado, y pretender que sea así, sería un error…

En ese momento, escuchando a Humberto, recordé la definición de “analfabetas en retorno” y “alfabetos funcionales”. El poeta seguía hablando…

HA: En la medida que se estén dando estos movimientos, se está llamando a un despertar. Se están aprovechando los medios actuales, con los que no se contaba cuando nosotros éramos jóvenes, y para eso debiera servir la tecnología. La tecnología es un arma de dos filos: sirve para embrutecer o para evolucionar.

Así que estos despertares muestran que el país sigue teniendo vitalidad, que está inconforme y eso es saludable. Cuando hay inconformidad se comienzan a sentir dos necesidades: una de salir de donde estamos y la otra de buscar dónde está la enfermedad. Si encontramos la enfermedad, pues con esa fuerza juvenil se puede lograr extirpar el tumor que nos está afectando. Y toda esta generación de viejos hay que empezarla a sustituir.

JA: Tomando en cuenta el papel beligerante de la juventud, ¿cómo cree que va a ser el contexto para estos futuros cuatro años?

HA: Uno quisiera ver que las cosas vinieran para mejor. Pues quisiéramos que estas juventudes con su entusiasmo puedan seguir teniendo cada vez más presencia y exigencia para que las autoridades finalmente entiendan que sólo han sido electos para servir al país, que es lo que no han querido comprender los gobiernos anteriores, sino que se han aprovechado más de la oportunidad que se les dio en las manos.

Mientras la juventud mantenga esta entusiasta energía de presencia, seguramente se van a lograr cambios grandes que no se han dado en muchos años.
JA: Sólo dos preguntas más –le dije, notando ya el desenlace y tratando de mantener la hilaridad de la entrevista-: Tomando el contexto que Immanuel Wallerstein llama “economía mundo-capitalista”, ¿cómo observa la posición estratégica y el papel de Guatemala dentro de los enfrentamientos imperialistas en el mundo?

HA: Ay, ay, ay… -dijo riendo- qué difícil ver el papel de Guatemala en este contexto global. No quiero ser destructivo con mi propio país, porque desgraciadamente nosotros hemos sido manipulados por las potencias extranjeras y la economía de Guatemala, desgraciadamente, está supeditada a la economía norteamericana.

¿Qué papel puede jugar Guatemala en este sentido? Pues soy demasiado pesimista. Yo veo que Guatemala no juega ninguno a nivel del mundo. En todo caso, con los residuos que nos van quedando, somos un país empeñado totalmente, debemos hasta los zapatos. Aunque esa riqueza que está todavía en nuestro subsuelo, a lo mejor podía ayudarnos a salir a flote; eso sólo mientras haya un manejo adecuado, honrado y equitativo.

JA: Como aldea global, ¿cómo observa a Momostenango ante la penetración capitalista?

HA: Pues yo creo, tanto en pequeño como en grande, según mi humilde percepción, (que) es exactamente lo mismo. Unos tienen más y otros cada vez tienen menos. Y sin embargo, dentro de las estadísticas, Momostenango está dentro de los pueblos que se están muriendo de hambre.

Yo no estoy juzgando a los que tienen más, no soy contador, ni economista, ni nada por el estilo. Cada quien con su esfuerzo, qué sé yo cómo lo ha adquirido. Puede ser que sea su manejo de trabajo o las remesas que vienen de parte de familiares en los Estados Unidos… Lo que veo problemático a nivel de nuestro pueblo es que siempre se va a hacer más ancha la brecha entre un grupo y otro mientras la educación no evolucione.

JA: Y para concluir: ¿cree que sucede lo que Robert Carmack explica en uno de sus ensayos: la creación de una pequeña burguesía indígena?

HA: Pues… -se detuvo como si la pregunta lo pusiera en apuros y luego respondió con su característica voz ronca- puede que sí se dé una pequeña burguesía, lo triste es que va a ser una burguesía ignorante…

Yo me preguntaba si este último enunciado se podría generalizar a la burguesía indígena nacional y ser un parangón con la oligarquía criolla guatemalteca. Santiago siguió con las fotografías…

Fuente: [http://asuntosinconclusos.blogspot.mx/]