Patronal
En este día me dueles
y siento vergüenza
Porque te has dejado seducir
por el peor de los hombres.
Has dejado que con afán se cuelgue de tus pechos
y con su ponzoñosa lengua envenene
la leche que beben tus hijos.
Ha clavado su lujuriosa y sedienta espina
en tu jardín de eterna primavera
y con un frio y sucio metal precioso
violó tu inocencia floral.
Ahora,
Te vistes con flores de plástico
para esconder detrás de ellas
los suelos erosionados de tu piel.
Lavas tu espalda ensangrentada por sus garras
con jabones y perfumes de “marca”,
mientras practicas una falsa sonrisa
que esconda tu sufrimiento
ante el ojo crítico de la prensa.
Y hoy, te veo llorar en silencio
porque a tu nariz llega el olor
inconfundible de la muerte.
El olor de todos tus hijos
que murieron al beber de tus pechos
la leche putrefacta
y respirar el aire negro que emanas
de tu pecho,
cada vez que estas junto a él.
Circo
El reflector se encuentra de nuevo
apuntando al centro.
Todos nos acomodamos en nuestros
respectivos lugares,
silla,
fila,
y localidad numerada desde que nacimos.
No nos podemos mover de ahí
pero parece que a nadie le molesta.
Unos niños rebeldes juegan,
se cambian de lugares
pero alguien se los lleva
y nunca se les vuelve a ver.
Nadie dice nada,
nadie reclama hijos ajenos.
Llegan ellos,
los dueños del espectáculo.
Todos los miramos con admiración
desde nuestros palcos hediondos
a mingitorio y agua estancada.
El reflector se encuentra de nuevo
apuntando al centro.
Y sales tú, emperifollada y bailando
al ritmo de una vacía en insulsa canción.
Los Señores mueven los hilos a su antojo
y tú bailas mientras ellos
te despojan de tu ropa,
devoran tu carne
y te arrojan papeles de colores
llenos de números y rostros muertos.
Mientras desde nuestros palcos
nos reímos indiferentes a tu sufrimiento.
Ellos ya se van
pero no sin antes arrojar al cielo
un sucio puñado de papeles de colores.
El caos invade los palcos
pero eso solo es parte del show.
Y ahí estamos todos al final,
Siempre fieles al espectáculo
y con voluntad ciega
a montarlo otro día.
- Hoy me dueles, Guatemala. Rafael Argueta. - 21 mayo, 2013
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