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Hermanarnos

La AEU convoca a paro nacional el 20 de septiembre.

Marcela Gereda

Frente al Congrueso, en la ciudad y también frente al Palacio de los Capitanes en Antigua, en Xela, en Retalhuleu y en otros sitios vimos aglomeraciones de gente ondeando sus banderas, manifestándose en contra del #PactoDeImpunidad, exigiendo la renuncia de los diputados y también la de Jimmy Morales.

Lo dijimos hace dos años y lo reiteramos ahora: esas elecciones que ganó Jimmy no debieran de haber sido, porque solo fueron la reproducción de un sistema político podrido hasta las entrañas. Una vez más se destapó la cloaca. Apesta, atascada de ratas y cucarachas que han asaltado y desfalcado los recursos del Estado, fieles de un sistema de corrupción y lavado de dinero, para enriquecerse a costa de la miseria de un pueblo hambriento, que no vive sino sobrevive como puede.

Al toro por los cuernos. Esta crisis hay que verla por lo que es: no es una crisis de gobierno, es una crisis de un sistema político putrefacto, desvencijado en el que ellos legalizaron la burla, el cinismo, el saqueo de un país construido históricamente sobre bases de injusticia e impunidad.  Y sin embargo, este pasado 15 de septiembre reveló que tenemos derecho y obligación de construir un futuro y camino de justicia para Guatemala.  ¿Momento de un pacto colectivo?

¿Qué quiere decir y qué representa el hecho de que a los manifestantes que protestan contra la impunidad y el retorcimiento de leyes para proteger la corrupción, se les tilde de “terroristas”?, ¿Qué significa que ciertos diputados acudan al falso argumento de que los manifestantes están dirigidos y manipulados por la comunidad internacional?

Significa que esta es la hora de hermanarnos, de informarnos a fondo, de ir a la raíz de esta crisis, (algunos medios de comunicación aliados de las corruptelas quieren hacernos creer que la manifestación no fue pacífica. No hubo disturbios ni heridos, fue la manifestación de un pueblo harto de que los cínicos y tiranos le escupan a su faz) es hora de un pacto colectivo y civil que debe buscar el bien común de las mayorías.

Para los neoliberales e individualistas (Smith, Mises, Hayek, Nozick), son las personas individuales y no los colectivos los que actúan en la sociedad y en la economía y quienes se relacionan entre sí intercambiando bienes y servicios por dinero. Para ellos, los colectivos son “abstractos” y no tienen existencia “concreta”. Es decir, no existe el país sino un puñado de individuos que intercambian bienes.

Se les olvida (y nos hacen olvidar) que los colectivos están formados por individuos, y que los individuos solo pueden ser libres formando parte de colectivos. En nuestro paso por el mundo, la historia ha demostrado que fue en la vida colectiva que pudo surgir la vida individual.

Adam Smith dijo que para el bien de todos, cada uno debe hacer lo mejor para sí mismo, el economista John Nash logró demostrar matemáticamente que Adam Smith se equivocó, y que la colaboración es más beneficiosa que la competitividad (en 1994 John Nash recibió el Premio Nobel de Economía por demostrar esta teoría del equilibrio). Por ello es hora de hermanarnos desde la colaboración y no desde la competitividad.

Y esta colaboración debe pasar necesariamente por exigir a los diputados que devuelvan lo robado, organizarnos, construir poder local para generar un nuevo sistema político, luchar contra los privilegios de los corruptos, auditar las injusticias, el saqueo de nuestros recursos, permanecer activos y vigilantes para forjar una cohesión social capaz de transformar la manera violenta en la que nos percibimos y relacionamos. Todos estamos hartos e indignados, por eso invito a que nos solidaricemos contra este atraco despiadado.

La AEU convoca a paro nacional el 20 de septiembre. Convoco a apoyar esta y toda manifestación pacífica, ya que estas son fundamento de actos democráticos y generación de consciencia ciudadana.

Edificar poder local codo a codo, hermanándonos, e ir al encuentro de los otros y comulgar unidos en la construcción del bien común, puede ser la aventura colectiva más grande y arriesgada, al defender los intereses de las mayorías y desposeídos.
Constituir un Nosotros (no al estilo de las campañas publicitarias de bebidas azucaradas), sino uno capaz de hacernos erigir un techo común para todos los que compartimos esta tierra, para patear el tablero de este sistema político podrido para construir uno nuevo y desde cero para alcanzar una democracia mínima.

Fuente: [https://elperiodico.com.gt/opinion/2017/09/18/hermanarnos/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Marcela Gereda
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