Guatemala, tan parecida a Honduras
Ricardo Barrientos
No perdamos de vista nuestra realidad: las causas estructurales que explican el fenómeno de la caravana de migrantes son tan hondureñas como guatemaltecas.
Guatemala está perdiendo la batalla, y es gracias a los hermanos hondureños que podemos ver, de la manera más trágica, descarnada y cruda, el futuro que nos espera si no corregimos el rumbo. Es una realidad que, a como vamos, en Guatemala enfrentaremos más pronto que tarde.
La realidad reciente de Honduras es una herida abierta que debería estar aleccionando a toda Centroamérica. En 2009 sufrió un golpe de Estado; y en 2017, la reelección inconstitucional de Juan Orlando Hernández, ambos crímenes impunes y prácticamente sin esperanza de justicia, además de violencia, pobreza e iniquidad para la gran mayoría, sufridas por décadas y generaciones.
Las consecuencias lógicas de la corrupción y la impunidad, de los abusos de los gobiernos hondureños, quedan perfectamente reflejadas con este éxodo, que ya es una tragedia humana que escandaliza a nivel global. Jimmy Morales y Juan Orlando Hernández se han reunido, pero no para sumar y coordinar esfuerzos con el fin de atender la desgracia en la que se encuentran miles de personas que los mandatarios están moral y legalmente obligados a proteger, cuyos derechos fundamentales deben garantizar.
No, Morales y Hernández se han reunido para coincidir en la estupidez de la motivación política, en una conferencia en la que reiteraron su cobardía al negarle a la prensa la formulación de preguntas. Declararon que entienden la claridad y contundencia de «los mensajes de Estados Unidos», incluyendo la amenaza de Donald Trump de cancelar la ayuda estadounidense si Morales y Hernández, en su papelito de títeres tontos y útiles, no reprimen y frenan la caravana de migrantes. Han acordado cómo devolverán a Honduras a estos miles de personas, despedazarán sus anhelos, aplastarán su esperanza de vivir mejor y los retornarán al sometimiento de la bota militar y del capital corrupto al que sirven estos dos presidentes.
La gran mayoría de la ciudadanía guatemalteca ha reaccionado de manera humana y sensata, con muestras de fraternidad y solidaridad con las hermanas y los hermanos del vecino país, proveyéndoles agua, alimento y ropa para mitigar la tragedia, agravada por lluvias inclementes. Pero otros (aún guardo la esperanza de que una minoría insignificante) han demostrado su xenofobia e insensibilidad, incluso de forma pública y en medios impresos. Es la misma minoría neofascista, corrupta, xenófoba, homófoba, misógina, racista, militarista, violenta y retrógrada que apoya a Jimmy Morales y, por desgracia y de manera muy parecida a Honduras, que está haciendo fracasar la esperanza surgida en 2015.
En Guatemala no debemos ver esta caravana hondureña como algo ajeno o lejano a nuestra realidad. Estoy seguro de que acá mucha gente ya se debe estar sumando, precisamente porque la realidad guatemalteca se parece demasiado a la hondureña y en muchos aspectos hasta es muchísimo peor. Sin necesidad de que ningún político lo diga, sino como reacción a la necesidad ingente y a la desesperación cotidiana. Porque tanto allá como acá reinan la corrupción y la impunidad, y parecidas son las peligrosas actitudes de aprendiz de dictador de Morales a las de Hernández y sus antecesores. Quizá la única diferencia es que en Honduras llevan sufriendo este deterioro agudo desde 2009, mientras que nosotros tuvimos un respiro en 2015, del cual ya mucho se perdió.
Pero, precisamente por esa pausa en la ruta en picada a la desgracia que tuvimos en 2015, aún estamos a tiempo. La diáspora hondureña no es una imagen que vemos en tercera persona, sino nuestro reflejo en el espejo, que deviene en advertencia en primera persona, en extremo oportuna para Guatemala.
Fuente: [http://plazapublica.com.gt/content/guatemala-tan-parecida-honduras]
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