Guatemala sobrevive en una democracia cooptada por criminales y las elecciones generales parece que no lograrán liberarnos.
María Aguilar
¿Cómo avanzar como país en una ruta democrática cuando es claro que la mayoría de las ofertas y propuestas político-partidistas, y las mejor financiadas, están plagadas y cooptadas por criminales y personajes interesados en mantener a Guatemala en un estado de eterno desasosiego para continuar asegurándose ganancias, privilegios e inmunidad para ellos, sus familias y asociados?
Esta es una pregunta permanente en las discusiones de ciudadanos preocupados por el país, frente a la crítica situación de impunidad, en la que el actual desgobierno tiene sumido a todos. Por ejemplo, entre las propuestas de quienes buscan la presidencia se encuentra: un exdirector de Presidios involucrado y acusado de limpieza social; la hija de un exdictador, lo que según la Constitución le imposibilita participar para la primera magistratura pero esto, a ella –como lo hizo su padre– le importa poco, porque son miembros de una familia que ha violado todo, hasta el derecho a la vida. Además, integrantes de la oligarquía, quienes admitieron haber financiado electoral e ilícitamente a políticos y también pagar para sacar a la CICIG de Guatemala. Un alcalde acusado de corrupción; un pequeño oligarca sin formación –que arrastra el nombre del padre quien murió sin afrontar la justicia–. Un exministro de Cultura cuyo único logro ha sido apoyar al dictador Morales; un diputado militar corrupto quien personifica al pacto de delincuentes y enarbola leyes pro-impunidad.
Esos son algunos de los candidatos que buscan gobernar Guatemala. Si se analizan a los candidatos vicepresidenciables, diputados y alcaldes, hay desde negacionistas del último genocidio que el Estado ya no puede ocultar, hasta ‘Sammy’ Morales, hermano del actual presidente, quien es procesado por el caso Botín Registro de la Propiedad. Con un sistema así, el futuro se perfila lúgubre. Asimismo, al analizar a los partidos políticos, varios deberían estar cancelados –si el Tribunal Supremo Electoral hiciera su trabajo– por irregularidades, corrupción y acusaciones criminales que aumentan de manera exponencial.
Entonces ¿cómo repensar el futuro político de Guatemala dentro de un sistema corrupto que no permite el ascenso de propuestas que surjan fuera de las ambiciones de las mafias político partidistas, militares, oligarcas y crimen organizado? ¿Cómo construir opciones viables cuando la mayoría de la población vive en condición de pobreza y pobreza extrema, despolitizados, cuya prioridad es la sobrevivencia por cualquier vía –incluyendo arrojar granadas aunque eso implique perder las manos– y no una participación crítica?
Guatemala sobrevive en una democracia cooptada por criminales y las elecciones generales parece que no lograrán liberarnos.
Fuente: [https://elperiodico.com.gt/opinion/2019/01/28/guatemala-sobrevive-en-una-democracia-cooptada/]
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