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Guatemala enfrenta su pasado

Manuel R. Villacorta O.
manuelvillacorta@yahoo.com

La reactivación del juicio penal en contra de Efraín Ríos Montt y la captura de 18 militares retirados, a quienes el Ministerio Público acusa de haber cometido graves violaciones de derechos humanos en contra de población civil no combatiente mayoritariamente indígena, puede considerarse como la mayor ofensiva legal en contra del otrora alto mando militar de Guatemala. Es indudable que la ofensiva legal del MP generará para este caso, una impresionante cobertura periodística tanto nacional como internacional. El fenómeno será seguido muy cercanamente por organismos internacionales y gobiernos de otros países, tradicionalmente atentos a la historia nacional. Es un caso que puede considerarse histórico, de alto impacto y de estremecedoras consecuencias.

El MP ha activado sus acciones investigativas a partir de cuatro esferas en particular: exfuncionarios, políticos, empresarios y militares, en donde su principal objetivo es el combate a las actividades criminales de toda índole y la corrupción. Esta ofensiva ha generado, genera y generará sensibles conflictos entre diversos actores sociales, tanto en instancias sociales que promueven o rechazan las investigaciones, así como en los protagonistas directos, ya sean víctimas o victimarios. Es imposible evitar la profundización de polarizaciones políticas históricamente vigentes en el país. Como guatemaltecos debemos, a partir de ahora, prepararnos para enfrentamientos de diversa índole que habrán de presentarse entre aquellos que exigen justicia y quienes apelan por el olvido, amparados en el criterio de que todo lo ocurrido en el pasado fue producto –en el caso particular de los militares– de una guerra interna que como todo enfrentamiento, siempre deja los eufemísticamente denominados daños colaterales.

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La historia de Guatemala jamás cerrará los nefastos círculos de sus épocas trágicas si el debate y el consecuente juicio jurídico y moral no se cumplen. Pero en este caso en donde muchos militares están siendo conducidos a juicios públicos, queda para estos la extraordinaria ventaja y el especial recurso de que esos juicios se están realizando mediante los mecanismos que otorga el debido proceso; ciertamente, el sistema de justicia de Guatemala aún padece de serias deficiencias, pero es indiscutible que no están siendo juzgados –como ha ocurrido en el pasado en otros países incluyendo Guatemala– por aparatos legales sometidos a los dictados incuestionables de una dictadura de derecha o izquierda.

Los juicios son públicos, se sigue el debido proceso, aplica la presunción de inocencia, la prensa cubre y divulga cada fase judicial, y los imputados tienen el derecho a poseer una defensa legal. Se insiste en que existen intereses políticos subyacentes, promotores de estos juicios, pero si así fuese, la tribuna jurídica está abierta para que todos conozcamos los medios de acusación y defensa de los involucrados. Es una fase de la historia nacional que debemos enfrentar todos con valor y con la debida presencia individual o institucional. No podemos seguir como sociedad evadiendo los efectos del pasado amparados en la irresponsabilidad, el miedo o la desesperanza. Tarde o temprano, teníamos que llegar a esto.

Fuente: [http://www.s21.com.gt/or-jojma/2016/01/08/guatemala-enfrenta-pasado]

Manuel R. Villacorta O.