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Gringo chapín…

Danilo Santos

En política no hay almuerzo gratis y al más alto nivel no se hace ni dice nada, o casi nada, que no esté medido y sabiendo de antemano cuánto se ganará y perderá, el embajador Robinson no se va por decir idiotas a cuatro diputados, les dijo idiotas porque ya sabía que se iba. Tampoco se va por el lobby hecho en Washington, a los lobbistas entrenados por House of Cards no les salió la cosa como creían, casi nadie los recibió, por lo menos al nivel que ellos aspiraban. Por otro lado, estamos hablando de la política del país que se cree dueño del mundo y ahora es fiel al eslogan “America First”, lo que para estos lares significa que importan ellos, no nosotros.

Bien entonces, el nuevo representante del gobierno norteamericano no viene a ponerse de alfombra a nadie, menos a empresarios y políticos que defienden la corrupción. Viene a dar continuidad a la política exterior gringa que para la región y en la actual coyuntura, se centran temas como terrorismo, inmigración y narcotráfico. Dicho sea de paso, en el marco del Plan para la Prosperidad, les interesa particularmente el tema de la corrupción, porque les preocupa que sus dólares vayan a los bolsillos de las mafias que han cooptado el Estado sin que se resuelvan los problemas que desgraciadamente hacen que miles de guatemaltecos migren en busca del sueño americano.

Desde 1826 cuando el encargado de negocios estadounidense para la región de Centroamérica presentó sus cartas credenciales, los norteamericanos tienen una representación oficial ante el gobierno guatemalteco, encargada de proteger los intereses del Estado (gringo) y sus ciudadanos. Robinson se mantuvo fiel a esto, tal como lo hará Arreaga, no importa si es gringo chapín, su papel es de carrera, de Estado, de representación del gobierno estadounidense.

La sustitución del embajador Robinson en octubre no será pues, producto de la “diplomacia” paralela, el nombrado es un diplomático de carrera y se intuye su nombramiento más desde el Secretario Kelly y el Subsecretario Brownsfield, que del propio Donald Trump. Quien tiene experiencia en el combate contra las drogas y el crimen organizado desde el Departamento de Estado, además de contar con una orientación para el fortalecimiento de los sistemas de justicia, especialmente en el hemisferio norte.

Para los Estados Unidos, Guatemala es el muro sin ladrillos donde intentan contener lo que ellos consideran peligro para su seguridad nacional; para eso han apoyado dictaduras, élites empresariales, partidos y ahora, apuestan por el “Estado de Derecho” y la lucha contra la corrupción y la impunidad.

Será divertido ver lo que elucubren los procorrupción cuando un guatemalteco, representante del gobierno gringo, también haga lo que le interesa al Estado Norteamericano y no a sus aviesos intereses.

Aunque faltan las reformas estructurales, las reglas del juego en la política guatemalteca se están modificando a partir de la agenda de quienes tienen la capacidad de incidir desde fuera en nuestra institucionalidad y economía nacional. Paradójicamente, esta vez el extranjero que encarnará a un nuevo aliado para la CICIG y el MP, será guatemalteco.

…les interesa particularmente el tema de la corrupción, porque les preocupa que sus dólares vayan a los bolsillos de las mafias que han cooptado el Estado sin que se resuelvan los problemas que desgraciadamente hacen que miles de guatemaltecos migren en busca del sueño americano.

Fuente: [http://lahora.gt/gringo-chapin/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Danilo Santos Salazar